América Latina sigue rezagada en Transformación Digital, a pesar del impulso obligado de la pandemia

Publicado el 17 Feb 2022

america latina rezago covid cover (Medium)

Hace ya alrededor de 2 años, el mundo entero se sumergía en una situación de pandemia con más incertidumbres que respuestas. A medida que realizaba esta transición hacia contextos y entornos digitales, organizaciones y empresas de tecnología miraban con expectativa cómo muchas de nuestras interacciones pasaban a ser mediadas por la tecnología, generando a su paso un nuevo auge en el sector TI.

Con los números en sectores como el comercio electrónico, servicios digitales, entretenimiento y videojuegos creciendo a pasos gigantescos, era difícil pensar en un contexto después de la pandemia. Sin embargo, la llegada de las vacunas significó en gran medida que algunas de las economías más impactadas negativamente empezaban a despertarse después del largo invierno que significaron las medidas restrictivas de aislamiento.

El contexto en pandemia

Tal vez una de las frases más repetidas a lo largo de toda la pandemia ha sido aquella que dice que las cosas seguramente no volverán a ser como antes. Aunque la pandemia tuvo un inicio claro para América Latina en marzo de 2020, lo mismo no se puede decir acerca de su final. Incluso con varias vacunas en el mercado y los números de vacunados aumentando día a día, el regreso a la sociedad prepandemia todavía se encuentra bastante nublado a merced de variantes del Cóvid-19 que encienden de nuevo las alarmas.

Aunque muchas empresas veían la pandemia como una oportunidad para que la región se pusiera a la par de otras, hay puntos de vista según los cuales la realidad ha probado ser más cruda que el optimismo de la cuarentena. Según Guiller Beylis, economista del Banco Mundial, la pandemia ha acelerado tendencias preexistentes, tales como la brecha digital tan presente en toda la región.

Beylis explica que América Latina perdió alrededor de 47 millones de puestos de trabajo, no solamente por la situación de la pandemia, sino también por la aceleración en la adopción del software y tareas automatizadas. Beylis es también enfático en decir que la población latinoamericana de bajos recursos fue la más impactada, y los miembros de una familia de escasos recursos eran 3 veces más vulnerables a perder sus trabajos que los miembros de una familia afluente. El trabajo remoto, de cierta forma, privilegió a los privilegiados.

“La región ha mostrado un desempeño muy pobre en términos de crecimiento y productividad, es una región estructuralmente con mucha desigualdad, muy vulnerable y tiene niveles de gobernanza bajos comparativamente, con baja confianza en las instituciones”, explica Luis Felipe López-Calva, director regional del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo en América Latina y el Caribe. López-Calva resalta que la innovación digital tiene un potencial enorme en la región, pero la gran pregunta está en cómo volverla más incluyente.

Incluso con este panorama, y para bien o para mal, poco a poco economías y gobiernos regresan a los hábitos de antes de la pandemia. Un ejemplo, de acuerdo con Andrés Londoño, embajador de RD Station y mentor de Google Launchpad, es la expectativa de que las personas cuidarán mejor su salud después de una situación como la generada por el Cóvid-19. Esto se refiere, por ejemplo, al uso de tapabocas en caso de estar resfriado, el lavado constante de manos y en general a hábitos de higiene más robustos. Pese a esto, gracias en parte al proceso de vacunación, el público en general se siente más seguro al salir de la casa y realizar actividades sociales.

Andrés Londoño. Imagen: RD Station

Así mismo, el contexto laboral también poco a poco retorna a la oficina. “Estoy viendo que, salvo las empresas que vienen como un núcleo de tecnología, muchas de las otras empresas están volviendo a las viejas costumbres”, dice Londoño. Pese a que en algunos casos las empresas se han movido a contextos más digitales –como por ejemplo saltar de WhatsApp a Slack o Microsoft Teams–, muchas empresas entienden la tecnología como herramientas para pasar la pandemia, mas no como un verdadero cambio en sus procesos. “Parece que no hubieran visto los beneficios del trabajo remoto y de la digitalización”, afirma.

De la misma forma, el trabajo remoto poco a poco empieza a ser desplazado nuevamente por el trabajo presencial, especialmente para las personas vacunadas. Incluso con los beneficios y la facilidad que representa el trabajo remoto para empleados y ejecutivos, empezamos a ver empresas que llaman a la oficina a trabajadores que bien podrían estar completamente de forma remota. Similarmente, las personas que durante la pandemia no pudieron entrar en cuarentena estricta vuelven a sus actividades normales antes de pandemia. Londoño resalta que muy seguramente el modelo a seguir será un híbrido entre trabajo remoto y presencial.

El riesgo de una región rezagada

Aunque para el sector de tecnología, ‘la burbuja’ –según palabras de Londoño–, el trabajo y estudio remotos significaron un cambio de hábitos, para gran parte del país significó también pérdida de acceso. Es difícil conectarse a una clase virtual si no se cuenta con equipos o una conexión estable, o también si es una labor que puede realizarse de manera remota. “Es una consciencia que las personas, los estados, las instituciones deben saber que Internet y todo este tema de conectividad no es solo para las ciudades y para esta burbujita”, afirma.

Para López-Calva, del PNUD, la región de América Latina y el Caribe todavía presenta niveles de desigualdad muy altos. Aunque desde 1990 la situación ha mejorado, desde el 2014 el coeficiente Gini (que mide la desigualdad en términos de ingresos) está estancado alrededor de los 46 puntos y la pandemia ha servido para poner de frente problemas estructurales y de fondo en la región. “Mucha gente no pudo quedarse en casa porque tiene que salir a buscarse la vida”, afirma. De hecho, también recalca que el porcentaje de las personas que pudieron ejercer sus labores remotamente son una minoría en la región, llegando al 27 % en México –uno de los más altos–, mientras que en Colombia estuvo cerca del 25 %.

Esto sin duda alguna está relacionado con el rezago que tiene la región en temas de infraestructura digital. Aunque Internet móvil ha logrado llegar a varios municipios en países como Colombia, se necesitan de redes cableadas para soportar aplicaciones de videollamadas y prevenir complicaciones de conexión. De la misma forma, para los emprendedores de la región es clave entender que las aplicaciones tecnológicas deben estar desarrolladas con usuarios salidos de la burbuja tecnológica que señala Londoño.

“Debo poder generar aplicaciones que no siempre consuman un ancho de banda grandísimo, que no dependa del streaming de video para ir a una clase, e igual para el trabajo”, dice. Las videollamadas son útiles, pero debemos partir del punto de que no todas las conexiones en la región fueron hechas para soportar videollamadas con varias horas de duración. Más allá de copiar modelos externos, la clave está en poder desarrollar tecnología que ayude a cerrar la brecha, y no a volverla más aparente.

“Debo poder salirme de eso para poder incluir a esas personas que no tienen tantos recursos tecnológicos. Debo poder generar aplicaciones que sean más simples para ellos”

Andrés Londoño, embajador de RD Station y mentor de Google Launchpad

Tecnologías y comunidades

Y aunque puede pensarse que el panorama de aceleración digital no ha funcionado tan bien como se pensaba, la realidad es que ha cumplido un papel importante de concienciación en la región en general. Es difícil construir infraestructura en medio de una pandemia, pero ha servido para abrir los ojos a los huecos de conectividad que existen en la región, y que su importancia va mucho más allá del entretenimiento o las redes sociales. “El hecho que haya pasado lo que pasó concientiza y despierta la necesidad; ojalá no se quede en eso y vaya más allá”, dice Andrés Londoño de RD Station.

López-Calva, del PNUD, también es optimista frente al papel que tienen y tendrán las plataformas digitales en la recuperación económica, especialmente para las Pymes de toda la región. “Las plataformas digitales pueden atacar el tema de la baja productividad, permite a las empresas conectarse con nuevos mercados, reducir costos y promover la inclusión financiera. Ya lo estamos viendo”.

La pandemia ha funcionado como un puente para hacer entender las necesidades verdaderas de la región mucho más allá de visiones optimistas. “Resulta que en temas de adopción de tecnología tenemos bastantes limitantes. Hasta ahorita estamos adoptando la tecnología y estamos viendo que nos podemos comunicar, que podemos estudiar, que podemos trabajar, que podemos comprar. Estamos hasta ahorita comenzando a aprender”, afirma Londoño.

“Insisto, necesitamos digitalización para cerrar las brechas. En promedio, más del 40 % de los estudiantes de zonas rurales [en América Latina] no tiene acceso a Internet en el hogar para continuar su educación”

Luis Felipe López-Calva, director regional de Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo en América Latina y el Caribe

De la misma forma, la pandemia también ha mostrado el potencial de diferentes herramientas. En Colombia y Brasil, Nubank mostró no solo la conveniencia sino también la necesidad de tener un banco que no dependa de sucursales físicas. De la misma forma, plataformas de comercio en línea como Rappi o Mercado Libre han logrado capitalizar en un mercado que cada vez más se desprende de las tiendas físicas.

Para Londoño, tal vez la enseñanza más grande de toda la pandemia es darse cuenta de que las cosas se pueden hacer diferente gracias a la tecnología. Comercio, entornos laborales, educación, conferencias, reuniones; la pandemia nos ha abierto los ojos hacia una realidad que existía desde antes del Cóvid-19 pero que pocos en realidad se atrevían a utilizar. Este cambio no viene necesariamente de empresas o gobiernos, sino de usuarios y ciudadanos que lo piden. “Antes fue obligado, nos tocó, pero ahora venimos como consumidores para exigirle al mercado que queremos hacer las cosas diferente”.


Imagen principal: Leon Overweel en Unsplash

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Sebastián Romero Torres

Filósofo de formación y geek empedernido. Amante de los videojuegos, la tecnología, la música y el espacio.

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