En un país donde la innovación y la tecnología son motores de cambio, la Institución Educativa Integrado de Soacha se ha convertido en un faro de esperanza gracias al ingenio de sus estudiantes y el compromiso de sus educadores. Samuel Sánchez, Ashlyn Sastoque y Valentina Nova, bajo la guía fundamental de su profesor Diego Foronda, han logrado un hito extraordinario: la creación de una prótesis biónica de bajo costo. Esta iniciativa, que ha capturado la atención nacional, se enmarca en el programa ‘Escuelas Conectadas’ de Claro, una apuesta por llevar internet gratuito y oportunidades a las zonas más apartadas de Colombia.
El proyecto de la prótesis biónica nació del deseo de ayudar a una persona cercana a Valentina, víctima del conflicto, que perdió sus extremidades. Samuel, apasionado por la robótica, propuso la idea de construir una prótesis. Lo que comenzó como un prototipo artesanal, utilizando materiales como cartón para las falanges, evolucionó gracias a la dedicación y el aprendizaje. La adquisición de una impresora 3D básica, la Ender-3, marcó un punto de inflexión, aunque el proceso requería paciencia, con piezas pequeñas que tardaban horas en imprimirse.
El profesor Diego Foronda, más que un maestro, se considera un “compañero en ese viaje“, enfatizando que los verdaderos protagonistas son los estudiantes. Su rol ha sido el de encender sueños y mostrar a los jóvenes que “ni el cielo es el límite”. A pesar de los desafíos económicos y técnicos, como la necesidad de servomotores más avanzados y una fuente de alimentación adecuada, el equipo persistió. La conectividad proporcionada por Claro fue crucial, permitiendo a los estudiantes investigar en línea, acceder a software de diseño como Tinkercad, y colaborar a distancia a través de plataformas como Meet.
Valentina, quien asumió un rol de liderazgo en la organización y asignación de tareas, destacó la importancia de la investigación y la justificación de la problemática. Ashlyn contribuyó significativamente en la parte investigativa. Este proyecto no solo demostró el potencial de los jóvenes, sino que también abordó la brecha de género en las áreas STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas), con Ashlyn aspirando a estudiar medicina y algo relacionado con la química, y Valentina desarrollando su tecnología también en química. Samuel, por su parte, ya estudia Ingeniería Mecatrónica en la Universidad Militar, una decisión influenciada por su pasión temprana por la robótica.
“Lo más difícil pues realmente fue el proceso de investigación y el manejo de la frustración. El proceso de crear una prótesis es realmente algo sencillo, pero con ayuda de la conectividad, porque pues algo fundamental. Sin conexión nosotros no hubiéramos podido investigar, no hubiéramos podido diseñar, no hubiéramos podido conversar entre nosotros para avanzar con nuestro proyecto. Y en cuanto a la frustración, como siempre hay dificultades, entonces se complica el conseguir material, se complica el diseñar, que falle algo, así que el continuar, el persistir y las ganas realmente de llevar el proyecto a cabo, como lo decía Samuel, la invitación a ayudar. Y desde nuestro colegio, desde nuestro municipio, querer ayudar a alguien de alguna manera era nuestro objetivo y queremos invitarlos también a empatizar con todo lo que hay en nuestro entorno“, compartió Valentina.
El impacto de la mano biónica va más allá de la creación de un dispositivo. Es un testimonio del poder de la educación y la tecnología para transformar vidas y generar oportunidades. Los estudiantes sueñan con mejorar la prótesis, hacerla completamente funcional e integrada a una persona, y expandir su alcance a animales, como gatos y perros.
‘Escuelas Conectadas’: Un habilitador de sueños

El proyecto de la mano biónica es un ejemplo palpable del éxito del programa ‘Escuelas Conectadas’ de Claro, que ha beneficiado a más de 377 mil estudiantes y docentes en 360 escuelas con internet gratuito en zonas remotas del país. Este programa, parte de la estrategia de sostenibilidad ‘Claro por Colombia’, busca empoderar a estudiantes y docentes, brindándoles acceso a la tecnología y el conocimiento.
“El Desafío Escuelas Conectadas es una invitación a creer, a imaginar futuros posibles y a entender que, con las herramientas adecuadas, los jóvenes pueden transformar su realidad. Desde Claro, con nuestra estrategia de sostenibilidad, Claro por Colombia, queremos acompañarlos en ese camino, brindándoles acceso a la tecnología y al conocimiento, entendiendo que la conectividad es un habilitador que abre nuevas posibilidades para el Comunicado de Prensa aprendizaje y el desarrollo de las regiones”, afirmó Rodrigo de Gusmao, presidente de Claro Colombia.
La edición 2025 del Desafío se desarrollará entre julio y noviembre e incluirá formación virtual, acceso a contenidos de Aprende con Claro y sesiones de acompañamiento técnico especializado. En esta edición, el desafío busca que estudiantes de todo el país, resuelvan retos usando la tecnología y la Inteligencia Artificial. La iniciativa cuenta con el respaldo de American Tower Colombia y la Fundación Start In, quienes se suman a esta versión con procesos metodológicos, acompañamiento y premiación
En el lanzamiento de la nueva edición del ‘Desafío Escuelas Conectadas 2025’, se llevó a cabo el panel ‘Sueños Conectados’, un espacio para inspirar a los jóvenes a través de experiencias de vida. Entre los invitados estuvieron Marce la recicladora y Julián Pinilla, el chico de la ruana, figuras que han utilizado las redes sociales y la tecnología para generar un impacto social y ambiental significativo.
Marce la recicladora compartió cómo pasó de tener pocos seguidores a movilizar donaciones masivas para recicladores durante la pandemia, demostrando el poder de las redes sociales para el bien social. Su mensaje es claro: la tecnología puede ser una herramienta poderosa para educar y generar conciencia sobre temas importantes como el reciclaje.
“Imagínense que nosotros como país producimos 12 millones de toneladas de basura al año. En Bogotá solamente producimos 6.300 toneladas diarias, y reciclamos únicamente el 17 % de nuestros residuos, y no había muchos creadores hablando de reciclaje y enseñándole a la gente a través de las redes, que se pueden usar para enseñar, para educar, y definitivamente cuando yo empecé, pues yo tampoco me tenía mucha fe, pero de alguna manera si uno busca la forma de llegar a la gente, busca la manera creativa de hablar de sostenibilidad, de hablar de reciclar, hay una manera re fácil, re bacana, re diferente, se ha podido lograr“, compartió Marce.
Por su parte, Julián Pinilla relató cómo transformó lo que antes consideraba una desventaja –su origen campesino– en su mayor fortaleza, utilizando sus redes para mostrar la belleza y los valores de la vida en el campo. Ambos oradores resaltaron la importancia de la gratitud, la humildad y el orgullo por las propias raíces y talentos.
El evento también destacó la historia del Profesor Azola de Maviculia, Guainía, a 670 kilómetros de Bogotá, quien, gracias a la conectividad de Claro, ha visto cómo sus estudiantes han mejorado su actitud, participado más activamente y accedido a un mundo de información, estudiando tres idiomas: Guinave, español e inglés. Sus alumnos, que tradicionalmente solo estudiaban hasta primaria, ahora sueñan con carreras en tecnología y turismo.
La historia de la mano biónica de Soacha, junto con las inspiradoras experiencias compartidas en el panel “Sueños Conectados”, refuerza el mensaje de que la educación y la conectividad son pilares fundamentales para construir un futuro mejor
Estos jóvenes talentos son el presente y el futuro de un país que cree en el poder transformador de la innovación y que busca, a través de la unión de esfuerzos, reducir las brechas digitales y generar oportunidades reales de desarrollo en el sistema educativo colombiano.