Si construyera la casa de sus sueños, es muy probable que piense en implementar alguna medida antisísmica, que nunca está de más. Si hay un terremoto, la casa resiste; si no lo hay, no pasa nada, en cualquier caso no es tirar la plata a la basura.
Eso mismo sucede a la hora de crear un emprendimiento y pensar en la protección de datos personales de los usuarios. Hablamos con Carolina Botero, abogada y directora de Fundación Karisma, sobre la importancia de que los emprendedores tengan en su ADN la sensibilidad sobre la protección de la privacidad desde la creación de sus ‘startups’.
Con el caso de Cambridge Analytica y Facebook el mundo se sacudió. La red social lo ha pagado con creces pero sobrevivió la tormenta gracias a su músculo financiero, mientras que la pequeña empresa no, aún cuando no cometió ningún crimen. Emprendedor, ¿su ‘startup’ podría soportarlo?
Por años se han entregado datos sin pensarlo dos veces, ahora la situación está cambiando y por eso, como ‘startups’, hay que tener también ese chip incorporado. Carolina Botero comparte algunas ideas y consejos para que los emprendedores hagan una pausa y reflexiones sobre el tema.
Instale el chip correcto
Las empresas saben que necesitan los datos, ya lo tienen interiorizado, pero exageran al buscar todos los datos posibles.
Las empresas saben que hay límites en el uso de los datos, pero “es algo que están aprendiendo a las malas”, y no debería ser este el camino. Esto debe ser un valor como organización, no una obligación.
Pero el problema es que “pensar en la intimidad es una característica que no está ni por las curvas”. Entonces, hay que hacer clic y cambiar la percepción para transformar desde los cimientos al emprendimiento —si están empezando mejor, que la empresa no crezca viciada y en realidad en su ADN haya sensibilidad por la protección de la privacidad—.
Piense en y como el usuario
Todo el mundo habla de datos y la importancia de estos, pero “no es normal que piensen en datos de usuarios, porque están acostumbrados a usarlos en el negocio”. En realidad a las empresas se les bombardea con consejos de cómo sacarle provecho a esos datos, pero no en ponerse del lado del consumidor.
Privacidad e intimidad no son sinónimos de datos
Hablar de datos es mirar hacia un agujero sin fondo, otra cosa es la privacidad, un derecho fundamental, un ámbito de la vida que se debe proteger de cualquier intromisión. Por eso las empresas deben entender las diferencias.
“Cuando se piensa en esto se hace en términos de protección de datos y aunque las políticas son importantes lo que hacen es decir cómo una empresa puede usar los datos. Lo que nosotros decimos es que las empresas deben pensar en la privacidad y la intimidad más allá”.
Pida solo lo necesario
No se dice que eliminen el uso de datos, no. Pero hay que ser responsables y no exagerar. ¿Para qué preguntar por datos que el producto no requiere?
“Minimice la pedida de información y que sea solo lo necesario. O dele la opción al usuario, que sea él mismo que decida cuáles datos quiere darle”.
Privacidad por diseño
Insistiendo en la diferenciación y el cambio de chip, la privacidad debe ser pensada como un activo y “no como un costo o una carga extra que pesará sobre la innovación y el crecimiento del emprendimiento”, indica la guía ‘Seguridad digital para emprendimientos digitales: recomendaciones básicas‘.
En palabras de Botero, lo ideal es apostar por el diseño ‘opt in’ en el producto, que es cuando el usuario opta por entrar y dar los datos. No que sea un ‘opt out’, en el que la decisión está direccionada por la limitación, por ejemplo cuando un formulario de autorización no habilita seguir con el proceso a no ser que se haga clic en el ‘sí acepto’. El usuario decide no entregar cerrando la página.
El debate ético/legal
Si se mira el caso de Facebook y Cambridge Analytica en realidad no hubo ilegalidad, la firma compró datos -como millones de empresas hacen- que aplicaciones de terceros recolectaban. “Puede ser legal, pero eso no se hace”, señaló Botero.
Sea el preferido de los usuarios
¿Como usuarios pagarían por un servicio o producto en el que evidencie que sí velan por la protección de la privacidad? Ahora, como emprendedor tome este verdadero valor agregado y hágalo un diferenciador de su emprendimiento.
Los usuarios están aprendiendo que es un tema de cuidado y se preocupan por minimizar la exposición, por eso si su emprendimiento lo ofrece con seguridad lo preferirán en comparación al otro.
“Día a día los consumidores estamos dándonos cuenta que la privacidad es importante y es un valor, si no le metes eso a tu producto desde un principio te vas a estrellar (…)Usted sabe que va a usar datos, que tiene que tener protección de datos, pero además piense en la privacidad y sea orgulloso de decírselo a otros”.
Implemente estándares de seguridad
Hay un sinfín de opciones de seguridad digital que protegen la información de las empresas, pero no está de más tener especial atención en la protección de las plataformas, las cadenas de suministros la información almacenada, así como crear conciencia no solo como CEO del emprendimiento, sino capacitando a todo el personal.
El tema no termina aquí pero puede ser un buen inicio para que los emprendedores. Si desean conocer más del tema revisen la guía: Derechos humanos y seguridad digital: Una pareja perfecta. Seguridad digital para emprendimientos digitales: recomendaciones básicas’, realizada por las organizaciones TEDIC de Paraguay, la Asociación por los Derechos Civiles (ADC) de Argentina y la Fundación Karisma de Colombia, un recurso básico que sensibiliza a las empresas sobre el tema, o por lo menos a las que quieren respetar la privacidad.