“La ciberseguridad es una de las tres prioridades para los directivos de las empresas, quienes la consideran indispensable” afirmó Francisco Robayo, líder de ingeniería de Check Point para América Latina, en medio de la celebración del SE Masters Summit Latam, el evento anual de esta firma para hablar de tendencias y productos de ciberseguridad.
Precisamente en este escenario, Robayo destacó 3 tendencias que afectarán al mercado en el 2026 como son los Agentes de IA, los ataques a la cadena de suministro y el talento calificado. Más en detalle los explicó así:
- Internet de los Agentes (Web 3.0): La expansión del uso de Inteligencia Artificial, especialmente a través de agentes autónomos y chatbots avanzados, introduce nuevas superficies de ataque. Estos sistemas pueden ser comprometidos para extraer información sensible, por lo que su protección se convierte en una prioridad estratégica.
- Ataques a la cadena de suministro (Supply chain): Las amenazas dirigidas a proveedores y socios tecnológicos continuarán en aumento. Los ciberdelincuentes aprovecharán vulnerabilidades en terceros para ejecutar ataques de mayor alcance. La gestión integral de vulnerabilidades y dependencias sigue siendo un desafío clave para las organizaciones.
- Déficit de profesionales (Skill gap): La escasez de talento especializado en ciberseguridad persiste como uno de los principales riesgos del sector. Aunque la Inteligencia Artificial ofrece apoyo en tareas técnicas, no sustituye el conocimiento humano, lo que impulsa a las empresas a invertir en programas de capacitación y desarrollo interno.
De igual forma, la gestión de estas vulnerabilidades sigue siendo una de las principales tareas pendientes para las organizaciones a nivel global. Este desafío se magnifica con la gestión de sistemas operativos que pierden soporte, como es el caso de Windows 10. Robayo mencionó que gran parte de los cajeros automáticos, por ejemplo, operan con este sistema y su hardware no soporta una actualización.
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De la reacción a la proactividad
Desde una perspectiva operativa, la evolución de los centros de seguridad (SecOps) también enfrenta enormes desafíos. Ángel Salazar, gerente de ingeniería para canales de Check Point, explicó que el ecosistema de soluciones de ciberseguridad se ha expandido de tal manera que “las personas no son suficientes para administrar tantas herramientas que existen en la actualidad”.
Esta proliferación de plataformas dificulta la gestión y la respuesta efectiva. En respuesta a esta complejidad, las operaciones de ciberseguridad están mutando hacia un modelo conocido como CyberOps. Salazar indicó que este enfoque busca pasar de un modelo reactivo, que actúa después del ataque, a uno proactivo y automatizado.
El objetivo es que los sistemas reaccionen de forma autónoma, como un acto reflejo, para potenciar las capacidades humanas y permitir una respuesta más rápida. La filosofía detrás de CyberOps es la coexistencia y la integración, un concepto que Salazar denomina Open Garden.
Así, en lugar de competir y reemplazar las herramientas existentes en la infraestructura de un cliente, el objetivo de Check Point es colaborar. “Nosotros lo que hacemos es integrarnos y colaborar, tanto recibir como dar para tratar de mejorar la postura porque el fin principal es la seguridad del cliente”.
Un semillero de talento
Citando un estudio de ISC², Robayo informó que la brecha de profesionales calificados en América Latina alcanza el 27 %, lo que se traduce en aproximadamente 700.000 plazas de ciberseguridad por cubrir en la región. Esta cifra subraya la urgencia de formar y retener talento para hacer frente a un panorama de amenazas en constante evolución.
Por eso, un evento como el SE Masters Summit X LATAM es tan relevante al reunir a 118 ingenieros de ciberseguridad en representación de 80 socios de negocios de toda la región, desde México hasta Argentina. Un dato relevante es que más de la mitad de los asistentes participaban por primera vez, lo que demuestra un interés renovado en la capacitación técnica.
Con diez años de trayectoria ininterrumpida en Bogotá, el evento se ha consolidado, y su éxito ha sido tal que el modelo será replicado por primera vez en Estados Unidos. “Regularmente nosotros somos usuarios de las buenas prácticas de los países desarrollados; en este caso ellos están siendo usuarios de nuestras buenas prácticas”, comentó Robayo sobre este hito.