Ayudar a proteger a los primates, animales que ya también están clasificados como especies en vía de extinción, es el principal impacto que buscan PrimNet, un nuevo software de reconocimiento facial, y la aplicación PrimeID desarrolladas por Michigan State University -MSU recientemente.
“Es necesaria una intervención para detener y revertir la disminución de la población. El reconocimiento facial automatizado es una forma con la que podemos ayudar a combatir estas pérdidas”. comentó Anil Jain, profesor de ciencias de la computación e ingeniería y autor principal del estudio.
El programa, PrimNet, usa redes neuronales convolucionales, tecnología inspirada en la inteligencia artificial, que permite que todo (desde vehículos autónomos hasta robots) observe y entienda el mundo a su alrededor, y como resultado genere el reconocimiento de rostros. Supera a otros sistemas como SphereFace, FaceNet y LemurFaceID (un predecesor de PrimNet que el laboratorio de Jain también inventó).
¿Cuál es el impacto de un desarrollo como este?
Junto con su aplicación PrimeID, este desarrollo representa un enfoque más rentable y mucho menos invasivo para el seguimiento de primates. Los dispositivos de seguimiento tradicionales pueden ser costosos, y oscilar entre $ 400 y $ 4.000.
Capturar y etiquetar animales lleva mucho tiempo, y puede afectar negativamente a los animales porque el proceso puede interrumpir el comportamiento social, causar estrés, lesiones e incluso la muerte. En cambio con este desarrollo, los investigadores de campo pueden simplemente tomar una foto de una primate, colocarla en la aplicación e identificarlo con un alto grado de confianza.
Pero con el reconocimiento no termina la labor, Jain agregó que “en el futuro, planeamos ampliar nuestros conjuntos de datos de primates, desarrollar un detector de caras de primates y compartir nuestros esfuerzos a través de sitios web de código abierto”. Compartir la información abiertamente proporciona otra herramienta para contrarrestar el tráfico de vida silvestre.
Vale la pena recordar que los monos dorados han perdido tanto su hábitat que actualmente solo se encuentran en algunos parques nacionales en África; la agricultura y el comercio ilegal de maderas en Madagascar consumen los bosques de la isla y desplazan a los lémures nativos; en un período reciente de seis años, se han perdido más de 22.200 simios por el comercio ilegal, y sin embargo, solo se han realizado 27 arrestos.