El mercado de los semiconductores es sin duda alguna uno de los más reñidos y de los que más tecnología demandan. Después de todo, pasar de tener arena a fabricar los chips que están detrás de cada dispositivo no ha dejado de ser uno de los procesos más complejos en la historia humana. Intel es la compañía que creó el CPU de consumidor moderno, pero en el terreno de los semiconductores se requiere de innovación constante y visión a futuro para permanecer en la cabeza.
Intel es una compañía particular ya que, además de diseñar sus propios chips, es también una de las 3 fábricas en el mundo que son capaces de fabricar chips con los procesos más avanzados. Su competencia viene por el lado de TSMC y Samsung, pero con la particularidad de que esas compañías también venden la fabricación de chips a compañías sin fábricas, como Nvidia, AMD, Qualcomm y MediaTek.
Y aunque Intel mantiene una reputación fuerte, los últimos 2 años no han sido los mejores para la compañía. En términos de fabricación de chips, retrasos en el desarrollo de su tecnología de 10 nanómetros para consumidores han significado un rezago importante frente a TSMC y Samsung, que tienen tecnologías de 7 y 8 nanómetros respectivamente. De la misma forma, por el lado de diseño, AMD ha logrado después de casi 15 años estar por encima de Intel en términos de rendimiento, mientras que Nvidia –y su adquisición de Arm por 40.000 millones de dólares– imponen una competencia mucho más fuerte en los centros de datos.
En medio de tanta turbulencia, Intel cambió de CEO. Pat Gelsinger fue ingeniero de Intel por 30 años, y regresa a un Intel que necesita más que nunca de la innovación que ha caracterizado a la compañía por décadas. Dentro de sus planes más grandes, Intel plantea abrir sus fábricas de silicio para fabricar chips a otras compañías e impulsar la diversidad de opciones en un mercado de semiconductores que hoy por hoy es marcadamente asiático.
Aprovechando la coyuntura del lanzamiento de sus nuevos procesadores y los anuncios de Pat Gelsinger, en Impacto TIC hablamos con Juan Carlos Garcés, gerente general de Intel Colombia, sobre el nuevo enfoque de la compañía y sus visiones a nivel global y regional.
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La presentación de Pat Gelsinger hace algunas semanas mostró un Intel con una visión muy distinta a la de años anteriores. ¿Esto significa que también ha cambiado el foco de negocios de Intel?
Estamos marcando el rumbo de una nueva era de innovación y liderazgo en soluciones para Intel y sus socios de negocio. Nos enfocaremos en cuatro áreas para ofrecer productos líderes e innovaciones digitales en los próximos años:
- Ser líder en todas las categorías en las que competimos.
- Cumplir impecablemente con nuestros compromisos.
- Innovar apasionadamente con audacia y rapidez.
- Reavivar nuestra cultura para atraer y motivar a los mejores ingenieros y tecnólogos del planeta.
De esta manera, nos encontramos impulsando la estrategia Integrated Device Manufacturing 2.0 (IDM 2.0), la cual es una evolución en el modelo de fabricación de dispositivos integrados que solo Intel puede ofrecer, y es una fórmula ganadora. Esta estrategia la usaremos para diseñar los mejores productos y fabricarlos de una manera óptima para cada categoría en la que competimos, involucrando al ecosistema tecnológico y a nuestros socios de la industria.
Entonces, ¿qué rol quiere tener la compañía en el futuro?
Esperamos que nuestro compromiso con maquiladoras externas crezca e incluya la fabricación de una gama de bloques modulares en tecnologías de proceso avanzadas, incluyendo los productos principales de las ofertas de cómputo de Intel para los segmentos de cliente y centro de datos a partir de 2023. Esto proporcionará una mayor flexibilidad y escala necesarias para optimizar el plan de productos (roadmap) de la compañía en cuanto a costo, rendimiento, programación y suministro, lo que nos dará una ventaja competitiva única.
Por todo ello visualizamos a Intel jugando un rol crucial para aumentar el suministro de semiconductores desde América y con operaciones en Europa, de forma que no solo entreguemos nuestros productos, sino que nuestras fábricas apoyen nuevos clientes de manufactura avanzada.
En el mundo de la tecnología, pero especialmente el de los semiconductores, mucho del trabajo importante es realizado años antes de que llegue a las manos de los usuarios. ¿Cuándo podremos esperar resultados de la visión que compartió Pat Gelsinger?
Nuestra estrategia IDM 2.0 presentada por Pat Gelsinger es una apuesta poderosa y a largo plazo. Desde este momento, nos encontramos asegurando la capacidad para nuestros clientes destinada a nuestro negocio de Intel Foundry Services, la cual es una nueva unidad independiente que se diferencia de otras ofertas de manufactura por una combinación de tecnología de procesos y empaquetado de vanguardia, una cartera de propiedad intelectual y capacidades de clase mundial para los clientes.
Es importante destacar que nuestro trabajo nos ha llevado más allá del silicio, para incursionar en las plataformas cuya innovación combina el hardware, software y el diseño integral para producir experiencias de usuario superiores a cualquiera de nuestros competidores.
Intel lanzó sus nuevas CPU Rocket Lake de 11ª a nivel global el mes pasado. ¿Cómo encaja Rocket Lake en esta nueva visión de Intel?
Sin duda alguna, los procesadores Intel Core Serie S, Rocket Lake, son una muestra de esto que vengo diciendo. Nuestros procesadores de 11ª generación ofrecen una tecnología de escritorio para jugadores y entusiastas de los videojuegos, brindando aún más rendimiento para este público que siempre busca las mejores experiencias.
Analizando la fuerte competencia proveniente de marcas como TSMC y Samsung en fabricación, y de AMD, Nvidia y Apple en el diseño de chips, ¿cómo ve Intel el mercado de los semiconductores a futuro?
Somos la única empresa con la profundidad y amplitud de software, silicio y plataformas, empaquetaduras y procesos con fabricación a escala en la que nuestros clientes confían para sus innovaciones de próxima generación. Por esto, estamos seguros de que podemos satisfacer esta creciente demanda de semiconductores, garantizando un suministro sostenible y seguro para el mundo.
Recientemente anunciamos importantes planes de expansión en nuestras capacidades de fabricación, comenzando con una inversión estimada de 20.000 millones de dólares para construir 2 nuevas fábricas en Arizona. Las mismas tendrán el objetivo de respaldar los crecientes requerimientos de nuestros productos y clientes actuales. Igualmente, a través de Intel Foundry Services, buscamos proporcionar acceso a servicios de diseño de silicio para ayudar a nuestros clientes a convertir el silicio en soluciones sin problemas, utilizando paquetes de diseño estándar de la industria.
¿En qué puntos importantes se está expandiendo la compañía a nivel regional e internacional?
En Latinoamérica, anunciamos a finales de 2020 el inicio de operaciones de nuestra planta de ensamble y prueba en Costa Rica. Además, contamos con el Centro de Diseño de Intel en Guadalajara (GDC), en México, el cual juega un papel fundamental en la validación de tecnologías que se extienden mucho más allá de las PC y los servidores. Esto les permite a nuestros clientes resolver desafíos en la nube, el Internet de las cosas (IoT por sus siglas en inglés), inteligencia artificial, 5G, conducción autónoma y el Borde Inteligente (Intelligent Edge).
Con todos estos intereses y un foco renovado hacia la innovación, el Intel de Pat Gelsinger augura ser una compañía mucho más abierta que antes. La iniciativa de abrir las puertas de sus fábricas de semiconductores pone presión a largo plazo sobre TSMC y Samsung, y esto a su vez puede que resulte en un mercado de semiconductores más robusto e inmune a temporadas de escasez como lo ha sido 2021. Más allá de las tecnologías privadas, Intel tiene el potencial de recobrar su posición como líder, pero con una industria mucho más abierta y saludable.
Imagen principal: Slejven Djurakovic en Unsplash