Tan solo 8 semanas se necesitaron para que el mundo avanzara bajo los efectos del COVID-19 lo que bajo condiciones normales le habría tomado 5 años, en términos de adopción de tecnologías digitales. La cifra de McKinsey –citada por el vicepresidente de Transformación Digital de la Andi, Santiago Pinzón Galán, durante su conferencia en el evento de Impacto TIC Tecnología al rescate de las empresas en Colombia– demuestra la importancia del aprovechamiento de la tecnología como impulsor para sacar adelante los procesos de Transformación Digital.
Pinzón, sin embargo, fue claro al afirmar que la Transformación Digital va más allá del uso de la tecnología y que la digitalización solamente es una parte de la tarea. Tarea que desde su creación, en el año 2016, la vicepresidencia a su cargo realiza de manera juiciosa para promover la transformación de las empresas colombianas, de todos los tamaños y en todos los sectores. El objetivo se va logrando: hace 4 años, solo 25,1 % de las empresas en el país manifestó tener una estrategia de Transformación Digital; para la encuesta de 2019, la cifra había subido a 63,5 %.
El objetivo final de la Andi es que Colombia y sus empresarios sean innovadores y digitales, a través de una estrategia basada en 5 ejes fundamentales: ecosistema, economía, conectividad, talento y gobierno. Pinzón señaló durante su charla que así como en el siglo XIX la competencia era entre compañías y en el siglo XX se dio entre productos, la competencia del siglo XXI es entre ecosistemas, un concepto que se relaciona con ubicaciones geográficas (cada país o cada ciudad es un ecosistema), pero también con sectores productivos. Cabe anotar que en el ecosistema colombiano, un 95 % o 96 % de las empresas son medianas y pequeñas (o aun menores).
Habilidades y retos para las empresas de Colombia y el mundo
El concepto de transformación al que le apunta la Andi se basa en la definición del Instituto Internacional para el Desarrollo de la Gestión (IDM): “La competitividad digital es la capacidad de una economía para adoptar y explotar las tecnologías digitales conducentes a la transformación en las prácticas gubernamentales, modelos de negocio y a la sociedad en general“. Su evolución, de cualquier manera, está ligada a los fenómenos y tendencias que marcan el paso del mundo, sobre todo en las aceleradas circunstancias actuales.
Por ejemplo, señala Pinzón, en enero de 2020 se tenía claro cuáles eran las habilidades –blandas y duras– que los seres humanos deberían desarrollar para hacer frente a los retos de la Cuarta Revolución Industrial. Pero recientemente, LinkedIn hizo un ejercicio para reformular dichas habilidades a partir de las necesidades que han surgido como consecuencia de la pandemia.
Esas habilidades son Creatividad, Persuasión, Colaboración, Adaptabilidad e Inteligencia Emocional (las llamadas blandas), y Blockchain, Computación en la nube, Razonamiento analítico, Inteligencia Artificial, Diseño de experiencia de usuario, Análisis de negocio, Ventas, Computación científica, Producción de video y Affiliate Marketing (las que se conocen como duras).
Dentro de ese listado, el ejecutivo de la Andi destacó la Inteligencia Emocional como una de las más importantes y e hizo énfasis en la necesidad de lograr un liderazgo femenino –quizás más afín con la Inteligencia Emocional– más marcado en los procesos de Transformación Digital. En la actualidad, según la encuesta de la Andi, solo 21,4 % de los CIO y CDO del país son mujeres.
En materia de gobierno, Pinzón también destacó los esfuerzos en la creación de documentos Conpes que apoyan los procesos de Transformación Digital (10 de ellos se han elaborado desde 2018, relacionados con temáticas como Inteligencia Artificial, Comercio electrónico, tecnología para la educación, entre otros).
A continuación, lo invitamos a ver la intervención completa de Santiago Pinzón Galán, vicepresidente de Transformación Digital de la Andi, durante el evento Tecnología al rescate de las empresas en Colombia, realizado por Impacto TIC.
