¿Cómo cambiar los hábitos de todo un planeta para intentar mitigar los impactos negativos en el medioambiente? Ciertamente no es una tarea sencilla, especialmente cuando hay una cola de siglos de consumo y producción en los que la sostenibilidad no estaba en la lista de prioridades. Hoy más que nunca no se trata de reciclar (claro hay que hacerlo), sino de reducir.
Mientras se da ese vuelvo hacia la reducción, algo debe hacerse con lo que se produce. En casa hay mucho por hacer, pero desde las empresas también.
Uno de los ejemplos de mayor impacto en Colombia está en la gestión de residuos, que trae un cambio cultural para los negocios, como lo es el entrar en la economía circular. Es decir, pasar de una lineal, donde se evacúa y nada regresa, a una donde hay un ciclo. Para ilustrar este caso solo hay que analizar lo que hacen iniciativas como Pilas con el Ambiente (Pilas Colombia). Está la parte visible que son sus urnas (y otros contenedores) de recolección de pilas por todo el país, con las que se invita a las personas a que dejen allí esas pilas viejas y no las arrojen en la basura tradicional.
En 2019 recogieron 379.971 kilos de pilas, mediante 4.522 contenedores distribuidos por todo el país (están en todos los departamentos) y hay que señalar que se recogen tanto a través de alianzas directas con empresas (B2B), como a través de los usuarios (B2C). Alberto Ladino, director ejecutivo de Pilas con el Ambiente, explica que existen 2 tipos de pilas: las primarias (las alcalinas, AA, AAA y similares) y las secundarias (como las baterías de computadores y dispositivos más complejos).
¿Qué pasa con todo ese material?, en el caso de las primarias, se llevan a máquinas de trituración y se separan los componentes, para que vuelvan a la economía en otros subproductos a través de empresas aliadas como Quimetales SAS (Antioquia), Gaia Vitare SAS y Ecotec Jumbo (Valle del Cauca). Por ejemplo, el carbón va para aceites industriales, “son más de 379 toneladas de material que ya no van aun relleno sanitario”. Destaca Landino que Colombia es el único país de la región con este tipo de desarrollo de aprovechamiento de pilas primarias.
Pero de otro lado están las secundarias, y aquí Colombia no tiene aún la tecnología para tratar estos materiales, por lo que se exporta para su gestión hacia países como Canadá, Bélgica, Francia y Estados Unidos. Aunque, adelantó que se está trabajando en esto.
Según el Foro Económico Mundial, cada año se generan 50 millones de toneladas de desechos electrónicos; si esta cifra no se controla, podría aumentar a 120 millones de toneladas para 2050. Colombia cuenta con una política de economía circular, para dar cumplimiento al pacto y a la Agenda 2030 y sus Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), que vale la pena que las empresas también revisen.
¿Qué hace cada empresa con sus residuos? Podría pagarles a otros para gestionarlos o hacer autogestión, a través de tecnologías mismas, reducir gastos e incluso crear nuevas líneas de negocio. Recordemos también las oportunidades que la biotecnología genera.
Sostenibilidad con todos los juguetes tecnológicos
La tecnología misma puede ser una gran aliada para tener una operación sostenible (con buenas prácticas ambientales, sociales y económicas). Los ejemplos más recurrentes son la gestión de residuos, o el uso de energía eficiente (que va más allá de paneles solares), dado que al final del día, además de reducir el impacto en el medio ambiente, también reduce costos al tener un consumo inteligente de lo que es estrictamente necesario.
Gigantes tecnológicos como IBM están liderando importantes iniciativas para que más empresas se sumen a objetivos como reducir las emisiones de dióxido de carbono. Cabe destacar que la empresa comenzó a informar sobre sus emisiones de CO2 en 1995 y posteriormente (2000) estableció dentro de sus objetivos el reducirlas. Es decir que desde hace 20 años ha estado adelantando esta tarea. En 2018 pasó a formular un nuevo objetivo: usar energía renovable y tener menor intensidad de carbono en las redes eléctricas.
Catalina Rengifo, gerente de Asuntos con Gobierno y Regulatorios para IBM Colombia, Venezuela, Perú, Ecuador y Costa Rica, explica que el programa de reducción está basado en 3 objetivos:
- Conservar energía equivalente al 3 % del consumo anual de energía de IBM.
- Obtener el 55 % de la electricidad que IBM consume en todo el mundo a partir de fuentes renovables para 2025.
- Reducir las emisiones de CO2 operativas asociadas con el consumo de energía de IBM en un 40 % para 2025 con respecto al año base 2005.
Rengifo comparte que para 2020 la empresa ya ha logrado una reducción del 39,7 % en las emisiones de CO2 con respecto a la línea de base de 2005, casi alcanzando su objetivo de reducción del 40 % para 2025. “Estas reducciones fueron el resultado de la disminución del consumo de energía de IBM, el aumento del consumo de electricidad renovable y una menor intensidad de carbono en general de muchas redes eléctricas donde IBM consume electricidad“.
En Colombia específicamente, la empresa ha logrado además aumentar su consumo de electricidad renovable contratada mediante la compra de este tipo de servicio, lo que contribuye de una forma muy importante a la reducción de emisión de CO2.
“Gracias al programa implementando en Colombia y a nivel global, en 2019, el 47 % (1.790.000 MWh) de la electricidad consumida en las operaciones de IBM provino de fuentes renovables, y estamos en camino de cumplir nuestra meta del 55 % para 2025. De este total, IBM contrató directamente la compra del 25 % a través de su proveedores de servicios públicos y minoristas en 19 países –incluido Colombia–, que evitaron 287.000 toneladas métricas de emisiones de CO2. Además, el 22% del consumo de electricidad de IBM provino de fuentes renovables que formaban parte de la combinación de electricidad que nuestras instalaciones recibían automáticamente de la red”.
Catalina Rengifo
Desde 1990, este gigante tecnológico ha conservado 7,7 millones de megavatios-hora de electricidad, ha evitado 4,5 millones de toneladas métricas de emisiones de dióxido de carbono (CO2) y ha ahorrado 646 millones de dólares. Utilizar menos energía para la misma tarea siempre ha sido fundamental en esta empresa para abordar el cambio climático.
Tecnologías en acción para reducir el impacto medioambiental
Eso es significativo, si uno se pregunta para qué usa la energía una empresa como IBM. Los servidores y centros de datos (Data Centers) requieren un alto consumo. Es el mismo caso de entidades bancarias, Gobierno, atención médica, comercio o telecomunicaciones; estas y otras industrias requieren de centros de datos con energía eficiente.
Entonces, aquí aparecen tecnologías específicas para mejorar tanto el consumo como reducir las emisiones y “una de las tecnologías que más ha evolucionado en el último tiempo es el Mainframe“. Rengifo explica que IBM transformó el Mainframe (su computadores de una enorme capacidad de procesamiento y almacenamiento) con el lanzamiento de IBM z15 en 2019. “Comenzamos con un diseño de chip de procesador de alta eficiencia energética, continuamos con una conversión de energía interna mejorada y eficiencia de enfriamiento, y terminamos con una nueva opción de energía de nivel de sistema de unidad de distribución de energía (iPDU) inteligente, completamente integrada y eficiente en energía. IBM Z puede escalar la capacidad al tiempo que reduce el consumo de energía”.
De otro lado, aparecen nombres conocidos –pero no siempre asociados con aplicaciones para fines medioambientales– como Inteligencia Artificial o Blockchain. A través de estas tecnologías se pueden desarrollar todo tipo de iniciativas.
IBM Research en Brasil, en alianza con Enveritas, desarrolló AgroPad, basado en Inteligencia Artificial para ayudar en el uso y la planificación de recursos renovables y no renovables. La luz solar, el agua y el suelo son los recursos más esenciales a la hora de trabajar productos agrícolas y por esto los agricultores pueden hacer un análisis químico para probar su calidad (pruebas externas). Saber qué hay en su suelo les permite a los administradores mejorar los recursos hídricos y el uso de fertilizantes de una manera responsable. Con la prueba hecha, los agricultores pueden verificar, a través de AgroPad, toda la composición química. Los resultados se cargan en IBM Cloud y pueden monitorear la salud del suelo. Es tecnología aplicada para empresas agrícolas.
Se puede encontrar financiación
Como los hábitos de consumo siguen cambiando, se necesitan soluciones que respondan a esto y la sostenibilidad es un tema que seguirá posicionándose. Entonces aparecen líneas de financiación exclusivamente enfocadas en encontrar soluciones sostenibles.
En Colombia existe Sempli (Fintech de crédito digital para micro y pequeñas empresas), que cuenta con un producto de financiación que entiende y promueve modelos de negocios más sostenibles y con generación de impacto ambiental positivo. Esta línea se llama Sempli Sostenible.
De la mano de AmbientalMente, firma de servicios de ingeniería ambiental en Colombia, están trabajando para apoyar con herramientas y espacios de guía a las empresas que tienen como propósito impactar positivamente el medio ambiente. “En el mundo de la sostenibilidad hay pequeñas victorias y nunca dejamos de aprender, es un proceso cíclico”, afirma Alberto Mejía, Gerente de AmbientalMente.
Además de financiación, se ayuda a las empresas a crear su ruta de la sostenibilidad. Sempli.co y AmbientalMente ofrecen espacios de guía en los que recibirán nuevas herramientas y habilidades que además reforzarán los conocimientos sobre diversos temas sostenibles y así continuar con el propósito de impactar positivamente. Para ello se basan en 3 pasos que, además, permitan a las empresas lograr resultados económicos medibles y con mayor responsabilidad medioambiental.
- Gestión de riesgo: en el que el empresario debe evaluar en términos legales, normativos, financieros y reputacionales que su compañía no esté corriendo ninguna amenaza.
- Eficiencia: aquí la conciencia y autoevaluación juegan un papel clave; identificar qué tan posible es disminuir el consumo de recursos naturales, como el agua, la energía, o la generación de residuos y las emisiones, sin perjudicar la producción que la empresa necesita.
- Reconocimiento: con este se hace referencia a certificados, reportes o sellos que permiten que las empresas se muestren más atractivas y comprometidas para las partes interesadas, que pueden ser clientes, empleados, accionistas, la comunidad, el gobierno, entre otros.
Ya en cuanto a la financiación, se otorgan créditos desde 20 y hasta 200 millones de pesos, para pagar en plazos de hasta 36 meses (con un periodo de gracias de hasta 3 meses). Las empresas que deseen aplicar, deben estar legalmente constituidas (no hay restricción de antigüedad), tener ventas anuales mínimas de 200 millones de pesos.
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