Medio ambiente

Tecnología para hacerle frente a los desafíos ambientales en Bogotá: Entrevista con Javier Rojas



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Bogotá enfrenta desafíos ambientales con innovación, a través de proyectos que monitorean la calidad del aire, protegen la biodiversidad y gestionan los recursos naturales. Con tecnología avanzada como sensores de aire, cámaras trampa para fauna y análisis de datos, la Secretaría de Ambiente está tomando decisiones clave para mejorar la calidad de vida de los…

Publicado el 15 de oct de 2024




La Secretaría Distrital de Ambiente del distrito está en una Transformación Digital orientada a enfrentar los desafíos ambientales que enfrenta Bogotá. En estos proyectos la tecnología juega un papel clave, mediante el uso de imágenes satelitales, drones y datos abiertos, para asegurar el monitoreo continuo de las coberturas vegetales y prevenir el uso inadecuado del suelo, entre otras. Así, se garantiza la conservación de los ecosistemas mientras se promueve un desarrollo urbano sostenible.

Javier Rojas, director de Planeación y Sistemas de Información Ambiental, explica cómo la tecnología es un eje central para mejorar la calidad del aire, proteger la biodiversidad y gestionar el agua en un contexto de crisis climática global.

El papel de la tecnología frente a los desafíos ambientales

Desde nuestra oficina orientamos las inversiones de la Secretaría. ¿Qué vamos a hacer con esos recursos públicos para mejorar la calidad ambiental de Bogotá?”, explica Rojas. Además de guiar el uso de los recursos, la Secretaría está adoptando sistemas de información ambiental que combinan las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC). El objetivo es capturar, analizar y divulgar datos que permitan conocer el estado de los recursos naturales en la ciudad y prever los efectos del cambio climático.

Uno de los pilares clave en este proceso es el uso de estaciones de monitoreo de calidad del aire y microsensores. Estos dispositivos permiten obtener datos en tiempo real sobre la calidad del aire en diferentes zonas de Bogotá, lo que a su vez permite tomar decisiones informadas. “Una de nuestras apuestas son las zonas por mejor aire… Para tomar esas decisiones y orientar la inversión pública, tenemos que tener información en tiempo real“, destaca Rojas.

Actualmente, la entidad lleva a cabo varios proyectos innovadores enfocados en el monitoreo de los recursos naturales y la protección ambiental. Uno de ellos es la Red de Monitoreo de Calidad del Aire (RMCAB), que cuenta con 19 estaciones distribuidas por toda la ciudad para medir en tiempo real las concentraciones de contaminantes como PM10, PM2.5, ozono y dióxido de azufre, entre otros. Esta red permite identificar las áreas más afectadas por la contaminación y tomar decisiones oportunas para proteger la salud pública.

Además, se complementa con una Red de Microsensores que monitorea de forma más precisa la calidad del aire en diferentes localidades mediante 44 dispositivos que capturan datos sobre la presencia de partículas contaminantes y condiciones meteorológicas.

En cuanto a la biodiversidad, la Secretaría ha implementado una Red de Monitoreo de Fauna Silvestre que utiliza 79 cámaras trampa distribuidas en áreas protegidas y zonas de interés ambiental. Este sistema captura imágenes y videos de especies, proporcionando información crucial para la conservación de la fauna local. Asimismo, proyectos como Zonas Urbanas por un Mejor Aire (ZUMA) buscan reducir la contaminación en sectores específicos mediante medidas como la pavimentación de vías, la implementación de vehículos eléctricos y el aumento de áreas verdes, mejorando la calidad de vida de miles de ciudadanos.

Junto con los proyectos de monitoreo ambiental, la Secretaría de Ambiente de Bogotá lidera la iniciativa de Transferencia de Derechos de Construcción y Desarrollo, un mecanismo de gestión del suelo en áreas de importancia ambiental. Este sistema permite que los propietarios de terrenos en zonas sensibles como los Cerros Orientales, la Reserva Forestal Thomas Van der Hammen, y áreas de protección del Río Bogotá, transfieran sus predios al Distrito a cambio de certificados de derechos de construcción en áreas urbanas designadas para renovación. En total, se gestionan 2.637 hectáreas de zonas generadoras, con 525 hectáreas receptoras ubicadas en áreas urbanas con grandes servicios metropolitanos.

Este enfoque busca preservar los ecosistemas al evitar la expansión urbana descontrolada, promoviendo a su vez la regeneración y protección de espacios naturales.

Enfrentando la triple crisis planetaria

Rojas enmarca el trabajo de la Secretaría en un contexto global: “Bogotá y el mundo nos encontramos en una triple crisis climática: cambio climático, pérdida de biodiversidad y contaminación“. La tecnología, según el experto, es crucial para abordar estos tres frentes. En cuanto al cambio climático, la Secretaría está utilizando Inteligencia Artificial y Big Data para modelar escenarios futuros. Este tipo de análisis es vital para anticipar y mitigar los efectos del cambio climático en la ciudad.

Uno de los ejemplos más innovadores de la Secretaría es el uso de imágenes satelitales para monitorear áreas protegidas y la biodiversidad.Utilizamos la tecnología para monitorear en tiempo real nuestra fauna y flora en las áreas protegidas”, comenta Rojas. Con esta información, pueden realizar análisis sobre el impacto de expandir la ciudad o hacer intervenciones que afecten la biodiversidad.

Tecnología para la toma regional de decisiones colaborativas

La gestión del agua es otro de los desafíos ambientales que no solo involucra a Bogotá, sino a toda la región. Rojas destaca que la tecnología facilita la colaboración entre diferentes entidades territoriales. A través de sistemas de información como el Observatorio del Río Bogotá (ORAR), la Secretaría puede compartir más de 400 indicadores sobre la calidad del agua, la biodiversidad y las inversiones realizadas, permitiendo una visión integral y colaborativa. “La tecnología nos sirve precisamente para aglutinar toda esa información y ponerla a disposición de todos los que estamos trabajando en conjunto“, explica.

Hacia una Ciudad Inteligente y sostenible

Javier Rojas sumó su definición de ‘Ciudad Inteligente‘, que como se vio durante Smart City Expo Bogotá, es un término que reúne diferentes visiones. Para él, una Ciudad Inteligente, en términos de gestión ambiental, se define por su capacidad de capturar, analizar y utilizar la información en tiempo real sobre los recursos naturales. Esto incluye el monitoreo del aire, el agua y la biodiversidad, permitiendo que las decisiones se tomen con base en datos precisos. Además, involucra a la ciudadanía en la recolección de información desde su cotidianidad, lo que ayuda a mejorar la calidad y precisión de los datos. “Una ciudad inteligente es aquella que se anticipa a los efectos del cambio climático, utilizando la información para tomar decisiones a largo plazo, focalizar la inversión y generar transparencia”, afirma Rojas.

Finalmente, Rojas subraya que aunque Bogotá ha avanzado significativamente en su “Inteligencia Ambiental”, aún queda mucho por hacer, especialmente en el uso de tecnologías emergentes como la Inteligencia Artificial. “Estamos en un momento donde el boom tecnológico… nos está permitiendo modernizarnos y utilizar estas herramientas para los fines ambientales“, concluye.

Con una visión clara y el apoyo de la tecnología, Bogotá avanza hacia una gestión ambiental más eficiente, sostenible y alineada con los retos globales que plantea la crisis climática.

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