En el marco de Smart City Expo, un panel vibrante sobre distritos de innovación abrió la discusión sobre cómo esta apuesta emerge como motor de desarrollo social, urbano y productivo en Bogotá y la región.
Bajo el título ‘Distritos de Innovación: Plataformas de Desarrollo social, urbano y productivo’, líderes de diversos sectores compartieron sus visiones sobre el impacto de estos espacios, la necesidad de un enfoque territorial incluyente y las oportunidades que brindan para fortalecer el talento local y la diversidad.
Diego Curi, subdirector general de Amec, abrió el panel con una reflexión sobre el papel de los distritos de innovación como espacios de colaboración, destacando cómo reunir a distintos actores fomenta la innovación abierta. En un mundo donde la competencia por el talento es feroz, Curi señaló que los hubs de innovación permiten atraer y retener recursos humanos calificados, lo que los convierte en catalizadores del desarrollo urbano y social.
“Existe una guerra global por talento”, afirmó Curi, haciendo eco a la oportunidad que se abre de formar y fortalecer el talento local. Además planeó la necesidad de crear ecosistemas donde el conocimiento fluya libremente y las ideas se conviertan en soluciones viables para problemas locales.
Ciencia y tecnología al servicio de Bogotá
La intervención de María del Pilar López, secretaria de Desarrollo Económico de Bogotá, se centró en los esfuerzos concretos de la ciudad para consolidar su lugar en la vanguardia de la ciencia y la tecnología. López destacó el proyecto de un Campus de ciencia, tecnología e innovación de Bogotá que lleva más de una década en desarrollo, una iniciativa que busca impulsar la transferencia de conocimiento hacia pequeños emprendimientos y enfocarse en áreas clave como la economía circular, la bioeconomía, las industrias culturales y la ciencia.
Este campus, que contará con 23 pisos y una zona franca, se gestó como una alianza público-privada que generará un impacto directo en el empleo. Se estima que el proyecto creará más de 2.500 empleos directos y 10.000 indirectos. Además, se espera que se escalen más de 4.000 microempresas, lo que contribuirá a dinamizar el ecosistema empresarial y a consolidar Bogotá como un hub de ciencia e innovación.
López también resaltó la importancia de la visibilidad de las mujeres en estos espacios. “Necesitamos trabajar en visibilidad de mujeres. Que seamos más de una en los paneles“, subrayó, lanzando un llamado a una mayor inclusión de género en los escenarios de ciencia, tecnología e innovación.
Innovación transformadora para todo el país
Gerardo Medina, director regional del Servicio Nacional de Aprendizaje (SENA), resaltó el valor del nuevo centro de innovación como un espacio donde se buscará cerrar las brechas y consolidar una cultura de innovación transformadora. Medina subrayó que el impacto de este tipo de proyectos no debe limitarse a Bogotá, sino extenderse al resto del país. “Entendemos que el campus es un tema de articulación para todo el país, no solo para Bogotá”, expresó.
La visión del SENA es que estos hubs sean plataformas donde el conocimiento no solo se genera, sino que también se comparte y se difunde, fomentando una mentalidad de anticipación y prospectiva en torno a los desafíos que enfrenta Colombia en el siglo XXI. Medina dejó claro que el éxito del proyecto dependerá de su capacidad para integrarse con otros distritos de innovación a lo largo del territorio nacional.
La ciencia como eje transformador
Jonathan Ardila, vicepresidente de Tecnología de la Cámara de Comercio de Bogotá, fue contundente al afirmar que la ciencia y la tecnología deben ser protagonistas en la solución de los problemas sociales. En su intervención, resaltó que el 90% del aparato productivo de la ciudad está compuesto por Mipymes, por lo que es crucial fortalecer la capacidad innovadora de estos pequeños actores.
Ardila invitó a los presentes a reflexionar sobre la capacidad de Bogotá y Colombia para generar sus propias tecnologías, en lugar de simplemente adoptar modelos extranjeros. “Estamos acostumbrados a adoptar modelos y tecnologías, pero no a generarlos”, sentenció, haciendo un llamado a un cambio de mentalidad que permita a los distritos de innovación ser verdaderas plataformas de creación local.
Adicionalmente, dejó al auditorio la reflexión sobre la diversidad cultural y étnica como motores de crecimiento. Según Ardila, al no incluir a mujeres en estos procesos, se está desperdiciando el 51 % del talento disponible, lo que limita el desarrollo del país. También destacó la importancia de que estos distritos no operen como islas, sino que se conecten entre sí y con la comunidad circundante, en línea con el modelo de la cuádruple hélice, donde la sociedad juega un papel central.
Talento y visión para el futuro
Una de las reflexiones finales que resonaron en el panel fue la necesidad de formar el talento que Bogotá y el país necesitan para prosperar en el futuro. Andrés, uno de los panelistas, enfatizó la importancia de crear espacios donde los jóvenes puedan desarrollar sus habilidades y convertirse en agentes de cambio en sus comunidades. La clave, según él, está en fomentar una mentalidad abierta al aprendizaje continuo y a la colaboración.