El nuevo campus de la Fundación Universitaria Compensar, UCompensar, es especial. Ubicado en la avenida 68 de Bogotá, es el hogar de 53 laboratorios de investigación dirigidos a satisfacer las necesidades de 10.000 estudiantes. Pero el noveno piso tiene algo diferente: un espacio lleno de dispositivos tecnológicos que podrían parecer juguetes, pero son herramientas pedagógicas aplicadas a negocios, y específicamente a la logística.
Hablamos de una actividad indispensable en los negocios modernos, el tejido que transporta de forma invisible la inmensa mayoría de productos que llegan a los hogares y negocios, conformando un mercado gigantesco. Para ponerlo en cifras, y según proyecciones de Grand View Research, el mercado global de logística generó ingresos de 3.931.800 millones de dólares en 2024 y se espera que alcance los 5.951.000 millones de dólares en 2030.
Con ese volumen de mercado, no es extraño que cientos de tecnologías se utilicen diariamente para aumentar la eficiencia, disminuir los errores y costos, así como para garantizar la seguridad de los operarios y mercancías. Después de todo, una logística inteligente hace parte de la Transformación Digital industrial o Industria 4.0.
Pero, además de la tecnología, existe un eslabón adicional necesario para garantizar unos buenos procesos de logística: las personas que puedan aprovechar esas nuevas herramientas. Y eso es precisamente lo que se viene haciendo en el Laboratorio de Logística de la Escuela de Negocios de la Fundación Universitaria Compensar, UCompensar.
“Es un aula que parece una bodega, pero realmente integra varias tecnologías para hacer un mejor aprendizaje con nuestros estudiantes”, afirma Julián Vargas Bedoya, director del programa Profesional en Negocios y Logística Internacional de UCompensar. Esta infraestructura permite a los futuros profesionales familiarizarse con herramientas y procesos esenciales para la gestión eficiente de la cadena de suministro.
Realidad virtual y simuladores
“Somos los pioneros en este tipo de tecnología”, afirma Vargas, al mostrar varios de los simuladores de montacargas instalados en el laboratorio. Se trata de dispositivos que permiten a los estudiantes la posibilidad de manipular virtualmente diferentes tipos de montacargas en múltiples escenarios, desde los más básicos hasta los más pesados, utilizados para cargar contenedores. Vargas agrega que son la única universidad del país que cuenta actualmente con este tipo de dispositivos.
Según el docente, una vez los estudiantes manipulan el montacargas virtual con facilidad, pasan a otro escenario usando gafas de realidad virtual y simuladores especiales como Llog, Ludus y FlexSim. Además del uso de software especializado en logística o WMS (Warehouse Management System).
“WMS es uno de los sistemas por excelencia que tiene la logística. Entonces, así el estudiante entiende cómo se hacen las mediciones de dónde está el producto, el momento de la entrega, en dónde y quién tiene ese producto en este momento, y cuándo le puede llegar al sitio de destino cuando se hace el despacho”.
El laboratorio cuenta, además, con drones, cintas transportadoras, estantes de tipo industrial y maquetas realizadas en Lego que facilitan el aprendizaje de los estudiantes. “Esta metodología es mucho más fácil para el estudiante, venir y entender cómo una plataforma facilita la carga de la mercancía y el despacho”, dice Vargas, al tiempo que manipula las maquetas. “Con los Lego, lo que nosotros hicimos fue adaptarlo de tal manera que le sirviera al estudiante para que esas clases no sean tan abstractas”.
Universidad, empresa y otros clientes
Una de las particularidades que diferencia a UCompensar de otras instituciones educativas es que es una universidad-empresa cuyos objetivos tienen que estar alineados con las metas generales de la institución. Recordemos que la caja de compensación Compensar tiene afiliadas más de 1.480.000 personas. Y si de experiencia logística hablamos, Compensar es la encargada del PAE (Programa de Alimentación Escolar).
“El PAE que tiene la caja de compensación utiliza alrededor de 170 camiones para entregar todos los días 60.000 almuerzos. Lo que nosotros logramos es identificar cómo se puede optimizar, cómo se puede disminuir, no solamente la cantidad de camiones para ese transporte, sino la reducción de CO2”.
Vargas recuerda, además, que el transporte de alimentos tiene desafíos adicionales referentes a la temperatura a la que deben transportarse y cuyo cumplimiento siempre es crítico: “Significa dejar a un niño con hambre”, agrega el directivo.
Aunque el laboratorio de logística de UCompensar es relativamente nuevo, sus herramientas ya han llamado la atención no solo de estudiantes, sino también de un grupo de empresas que ya han manifestado su interés en usar sus instalaciones para la capacitación de sus empleados, al punto que Vargas estima un impacto de 12.000 personas cada año. Pero este es solo el comienzo.
