A quienes les brillaron los ojos cuando Steve Jobs presentó el primer iPad, por allá a comienzos del año 2010, tal vez se sienten un poco decepcionados hoy, cuando el mercado mundial de tabletas sigue a la baja. Las cifras del segundo trimestre de 2019 –32,2 millones de embarques– muestran un descenso general de 5% frente al mismo periodo de 2018, según el más reciente informe de IDC.
Pero lo que llama la atención no es solamente la cifra del último trimestre, sino el hecho de que la tendencia a la baja se ha mantenido durante varios periodos consecutivos.
De hecho, el siguiente gráfico de Statista, basado en cifras de IDC, muestra que el mercado mundial de tabletas alcanzó su ‘esplendor’ en 2014, cuando logró 230,1 millones de unidades vendidas. Pero, desde entonces, cada año las ventas han sido menores que el anterior; y aunque ha habido algunos repuntes en trimestres consecutivos, la comparación con el mismo periodo doce meses atrás siempre muestra una curva descendente.
En medio de la ‘tristeza general’, Apple puede sacar pecho porque se mantiene en el primer lugar del mercado, con una participación de 38,1% y un aumento de 700.000 unidades (6,1%) en sus embarques, al comparar año tras año.
Los 4 siguientes competidores apenas logran emparejar la balanza si se suman sus participaciones. Todos tuvieron un descenso en sus embarques con respecto al segundo trimestre de 2018, salvo Amazon, cuya cuota de mercado es muy baja como para que su crecimiento de 46,3% año a año afecte los resultados globales de manera significativa.
Pero, ¿cuál es el motivo por el que un mercado que arrancó con tanto impulso se haya ido estancando y retrocediendo con el paso del tiempo? ¿Las tabletas no lograron satisfacer el perfil de usuario para el que fueron creadas? ¿Los usuarios no tienen claro el provecho que puede sacar de ellas? ¿Los celulares inteligentes las hacen innecesarias?
Impacto TIC consultó la opinión de algunos especialistas que, en términos generales, coinciden en que la funcionalidad y las pantallas cada vez más grandes de los celulares inteligentes han hecho innecesario un tercer dispositivo –contando el smartphone y el computador personal, usualmente un portátil, como los dos principales–. También consideran que el costo de una tableta es muy alto, aunque tienen claros algunos nichos de mercado en los que puede ser más útil.
Mercado de tabletas: el costo es prohibitivo
Javier Méndez, periodista especializado en tecnología y editor de Enter.co, considera que la novedad y el hecho de que cuando las tabletas llegaron al mercado los celulares no tenían pantallas tan grandes influyó en el impacto positivo inicial que tuvieron estos dispositivos. Ahora, aparte de que estos dos factores ya no tienen el mismo peso que 9 años atrás, los precios están por las nubes.
Las tabletas están demasiado costosas. Por cuenta de los precios del dólar o incluso del nivel de sofisticación que tienen algunas tabletas ahora, como los iPad más recientes, se están volviendo prohibitivas. Es demasiado dinero para pagar por un aparato que no es el equipo principal. Para la mayoría de la gente, en mi opinión, el aparato principal es el celular o el portátil, pero no una tableta.
Como referencia, el precio en Colombia del modelo de iPad Pro más económico entre los últimos que llegaron al mercado está por encima de los 3,3 millones de pesos y puede superar los 7 millones en la configuración más avanzada. El iPad Mini cuesta un poco más de 1,7 millones de pesos.
Méndez también tiene claro que el ciclo de actualización de los dispositivos electrónicos es menos frecuente ahora, aunque todavía hay usuarios que reemplazan el celular por uno nuevo incluso cada año. Pero esto no sucede con las tabletas: “Creo que si uno va a reemplazar un aparato, prefiere reemplazar el celular. […] Una tableta no es un aparato prioritario y creo que por eso la gente prefiere gastarle plata al reemplazo del celular, o incluso al del portátil o el computador [de escritorio] cada 4 o 5 años. Hay gente que todavía usa las primeras versiones del iPad”, añade el editor de Enter.co.
¿Una especie en vías de extinción?
Edgar Rincón, periodista venezolano experto en tecnología, coincide con Méndez en que las pantallas cada vez más grandes y la potencia de los smartphones actuales, en particular los de gama alta, son una de las causas principales del descenso sostenido en las ventas de tabletas en el mundo. Menos optimista, cree que las tabletas son una especie en vías de extinción: “Creo que las tabletas tuvieron su época y van camino a desaparecer”.
Rincón atribuye el éxito inicial de estos dispositivos, en parte, a algo de esnobismo, pero también tiene claro que el mercado actual está cambiando y, en el nuevo panorama, los usuarios se cansaron de que los fabricantes definieran lo que necesitan:
Ahora es el usuario quien define su necesidad […] y definitivamente los teléfonos de alta gama la están satisfaciendo, por eso los clientes no ven por qué tienen que invertir en una tableta.
El especialista venezolano considera que la poca capacidad de memoria y almacenamiento de las tabletas, en muchos casos, no las hace lo suficientemente robustas para aguantar –como dicen en su tierra– la pela del trabajo duro, entonces la gente prefieren cargar un teléfono. Al respecto, matiza que se refiere principalmente a las tabletas Android, que en conjunto tienen más mercado que los iPad de Apple. Aclara que estos últimos son creados para un nicho de mercado muy fiel a la marca. A su juicio, no se pueden mezclar iOS y Android en el mismo análisis porque tienen muchas diferencias.
Ventajas y desventajas
Javier Méndez, de todas formas, encuentra ventajas de las tabletas frente a los smartphones y los computadores portátiles. Con relación a los primeros, el hecho de que tengan una pantalla tan grande puede ser mucho mejor; se refiere a labores como editar un video, por ejemplo.
Cabe anotar que algunos celulares actuales se pueden conectar a monitores o televisores, lo que resolvería el problema del tamaño de la pantalla, siempre y cuando se tenga un monitor o un televisor a la mano.
Frente a los portátiles –continúa Méndez–, la tableta es mucho más fácil de transportar y la batería le dura más que a la mayoría de ellos (sobre todo a los modelos menos recientes). También se les puede conectar un teclado de tamaño natural, que en algunas de ellas también sirve como cubierta.
Pero, a su juicio, la principal desventaja de las tabletas es el software: “Por más que sean cada vez más avanzadas y haya muchos programas, iOS no es el sistema Mac y Android no es Windows. La gran ventaja que tiene en un portátil es poder usar los mismos programas que ha estado empleando todo el tiempo sin tener que cambiarse a otro sistema”.
Aunque en su campaña de mercadeo Apple mostraba los más recientes iPad Pro como el reemplazo del portátil, lo cierto es que en términos de máquina no está tan lejos, pero en materia de software le falta. Hay programas que simplemente no existen para las tabletas.
¿Qué dice un usuario común y corriente?
Orlando Ascencio es el subeditor de Deportes de El Tiempo, de manera que uno puede imaginárselo disfrutando su tableta para manejar los cuadros y estadísticas de su pasión de toda la vida, el fútbol. Pero no: resulta que el programa que utiliza para esta labor no tiene una versión para esa plataforma, de manera que sus actividades principales en ella son la lectura, el entretenimiento, y –por supuesto– ver información sobre fútbol.
De hecho, para Ascencio, el área en la que se puede aprovechar más una tableta es el entretenimiento (videos, libros electrónicos), o para funciones específicas dependiendo del trabajo de cada usuario.
Al igual que los especialistas, cree que la gente ha tratado de suplir las funciones de las tabletas con los teléfonos inteligentes. “El tamaño de los teléfonos es cada vez mayor y la frontera es cada vez más difícil de determinar”, considera. Sin embargo, piensa que el que tiene una tableta y le sabe sacar provecho siempre va a tener una buena herramienta.
Por su parte, Javier Méndez tiene claro cuáles son los usuarios que pueden sacar más provecho de las tabletas: “Una tableta le sirve mucho, primero, a una persona que no tiene problemas de presupuesto, a alguien que se puede dar el lujo de pagar por los tres aparatos que la mayoría de la gente usa hoy en día. En segundo lugar, a un usuario que necesite hacer muchas labores de pie: una tableta es imbatible frente a un portátil en eso; por ejemplo, si uno es un trabajador de campo que hace encuestas o que trabaja en una planta y tiene que estar tomando notas o haciendo anotaciones, a la tableta no la derrota nada. Tampoco es lo mismo estar en la cama con un portátil que implica estar sentado, que estar literalmente echado en un sofá con una tableta leyendo o mirando algunas cosas, aunque eso también depende del celular que uno tenga, porque uno de pantalla grande podría cumplir esa función”.
Pero Édgar Rincón todavía tiene dudas sobre la verdadera utilidad de las tabletas. Afirma que quizás funcionan mejor en trabajos muy específicos, como en la medicina o en la ingeniería. Incluso para públicos juveniles o infantiles. “Pero –concluye el periodista venezolano–, ¿qué puedes hacer en una tableta que no puedas hacer en un [Samsung] S10, en un Note, o en un Apple Plus?”.
A manera de conclusión
En el mundo de la tecnología se ha hablado durante muchos años sobre la muerte del computador personal. Sin embargo, este sigue siendo un dispositivo con características que lo hacen muy útil en nichos específicos y que todavía mantiene su versatilidad para diferentes tipos de labores generales. Esto sucede especialmente con los portátiles, cuyo desempeño también es cada vez mejor.
Con las tabletas podría suceder algo similar. Aunque los celulares tengan pantallas cada vez más grandes, todavía siguen teniendo la mitad del tamaño de algunas tabletas; y no solo es un asunto de visualización: un dispositivo más grande también permite realizar algunas labores con más facilidad. Y sí, son más pequeñas, livianas y fáciles de transportar que un portátil. Pero, mezclando un poco los conceptos de Javier Méndez y Édgar Rincón, se puede decir que las económicas no son tan funcionales y capaces, mientras que las muy funcionales y poderosas son excesivamente costosas.
Las tableta están en un punto medio en el que sus ventajas no siempre son tan contundentes como para preferirlas frente a un smartphone o a un computador portátil, salvo que tengan una utilidad muy grande –y muy clara– para labores específicas. Algunas, incluso, para las que no sea imprescindible usar programas que existen en el mundo PC, pero no en el de iOS o Android.
Aparte de las labores mencionadas por los especialistas, los lápices digitales o stylus (como el Apple Pencil) hacen las tabletas muy apetecidas en áreas como el dibujo o la ilustración, aunque hay artistas que no cambian por nada el roce del lápiz sobre el papel o del pincel sobre el lienzo.
Quizás (por ahora) es un poco extremo pensar que las tabletas están en vías de extinción… pero tampoco se ve claro un panorama en el que las ventas repunten. Quizás, más bien, sigan disminuyendo hasta que se cubra el espectro de ese público especializado y pudiente que realmente las necesita para labores específicas… y tiene con qué comprarlas.
Si usted pertenece a ese grupo, no lo dude, compre o actualice su tableta. Recuerde las palabras de Orlando Ascencio: “El que tiene una tableta y le sabe sacar provecho siempre va a tener una buena herramienta”.
Imagen principal: Daniel Korpai (Unplash).
