Tecnologías 4RI: biotecnología, la de mayor diversidad y oportunidades

Publicado el 28 Jul 2020

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Cuando analizamos algunas de las lecciones para la ciencia de Colombia que la llegada de la pandemia hizo evidentes (porque no son nuevas), se destacó la importancia de conocer el territorio y la biodiversidad del país. Y si tenemos en cuenta que la Cuarta Revolución Industrial plantea la fusión de lo físico, lo digital y lo biológico, nos encontramos ante un extenso horizonte. La biotecnología es transversal y abarca al menos a 17 sectores productivos, por lo que entonces se habla de la bioeconomía.

Al fusionar la biología y la tecnología, las opciones se diversifican aún más. De acuerdo con el Consejo de Diversidad Biológica de las Naciones Unidas, la biotecnología es “toda aplicación tecnológica que utilice sistemas biológicos y organismos vivos o sus derivados para la creación o modificación de productos o procesos para usos específicos”. Se trata de prácticas que usen organismos vivos, o sus derivados, en conjunto con la tecnología para generar productos útiles; de hecho el queso y la cuajada son considerados los primeros productos biotecnológicos; las vacunas y los materiales ecológicos son otros ejemplos. Como dato curioso, quien usó el término ‘biotecnología’ por primera vez fue el agrónono, Karl Ereky en 1919.

Ahora, si pensamos que Colombia es el país con mayor biodiversidad por metro cuadrado del mundo y que alberga el 10 % de las diferentes formas de vida conocidas en tan solo el 0,7 % de la superficie del planeta, se abre un universo de oportunidades infinitas, de investigación, de competitividad, de innovación y para el desarrollo sostenible.

Dentro de biotecnología pueden generarse diferentes tipos de productos, pero la Mesa sectorial de biotecnología de Colombia explica cuales son las principales líneas:

  • Bebidas fermentadas, alimentos probióticos y funcionales.
  • Bioprocesos, biocombustibles, bionegocios.
  • Bioinsumos y control Biológico desarrollo de agrobiológicos.
  • Producción pecuaria y agroindustrial.
  • Organismos modificados genéticamente.
  • Farmacéutica salud y cosmética extractos, ultimas tecnologías para la diagnosis.
  • Biorremediadores y biorreactores.

[su_box title=”Biotecnología en pocas palabras” style=”default” box_color=”#3be863″ title_color=”#FFFFFF” radius=”3″]

  • Contexto histórico: El término nace en 1919 para para describir la fusión de la biología con la tecnología.
  • Estado actual: Todo por hacer. Tiene aplicaciones agrícolas, en la producción de alimentos y bebidas, en cosméticos y productos de aseo, en medicina (farmecéuticos y servicios de salud), en energías y especialmente en el medioambiente. Es una de las mayores apuestas para encontrar soluciones a problemas globales.
  • Desarrollos mundiales más relevantes: Gestión de residuos (convertirlos en algo más), miembros biónicos (como prótesis), creación de órganos y de alimentos (aquí recordamos algunos ejemplos) o computación basada en ADN, solo por recordar algunos casos.
  • Jugadores: Centros de investigación, empresas de biotecnología y empresas de tecnología con divisiones de investigación en temas BIO. También hay organizaciones internacionales como BIO.org, actores como la FAO y a su vez las Naciones Unidas que adelantan diferentes iniciativas.
  • Situación en Colombia y referentes: Las oportunidades para quienes ya trabajan en estos temas se están multiplicando. El reto es que haya más desarrollos dada precisamente la oportunidad al tener un campo de aplicación enorme, pero para realmente ser una potencia en biotecnología hay que fortalecer la investigación. Para tener en cuenta: El Sena y su mesa sectorial de biotecnología; Biointropic, emprendimientos verdes, división de negocios verdes del Ministerio de Agricultura; MundoBioTec, portafolio de productos de biotecnología; y Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación.

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Biotecnología: ¿La clave para salvar al mundo?

El planeta está afrontando diferentes problemas globales, como el cambio climático, sobrepoblación (más personas para alimentar, que al mismo tiempo están viviendo más tiempo), la sostenibilidad energética, hambrunas e incluso una pandemia, solo por mencionar algunos. ¿Cómo tratar estos problemas de manera balanceada y sostenible?, ya que, por ejemplo, para solucionar el abastecimiento se puede pensar en mayor agricultura, pero a su vez la actividad agrícola es altamente contaminante (solo hay que pensar en el ejemplo habitual: la ganadería).

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La biotecnología está ayudando a sanar el mundo, utilizando nuestra propia composición genética, mediante investigaciones en salud que le apuntan a la reducción de las tasas de enfermedades infecciosas, salvar la vida de millones de niños, cambiar las probabilidades de condiciones graves y potencialmente mortales que afectan a millones de personas en todo el mundo, crear herramientas más precisas para la detección de enfermedades, combatir enfermedades graves y amenazas cotidianas que enfrenta el mundo en desarrollo.

Por ejemplo, la vacuna del COVID 19. Para esta ya se registran 169 desarrollos en el mundo, de acuerdo con los datos de BIO, la asociación comercial más grande del mundo que representa a compañías de biotecnología.

“Con la pandemia todo apunta a que hay que trabajar en la inmunidad, se trata de una mayor oportunidad. En nuestro caso se ha triplicado la demanda”, explica Jair Alzate Gómez, delegado de la mesa sectorial de biotecnología y gerente de investigación, desarrollo e innovación (I+D+i) de Levapan, empresa colombiana (Tuluá) que lleva más de 60 años trabajando en biotecnología, específicamente con levadura y sus derivados.

Por otro lado, también desde la biotecnología se contemplan acciones para alimentar al mundo, generando mayores cosechas con menos insumos, reduciendo los productos químicos (para eliminarlos de los cuerpos de los seres vivos y también del medio ambiente), desarrollando cultivos con perfiles nutricionales mejorados con vitaminas y nutrientes (y hágase la aclaración, no se trata de transgénicos), o produciendo alimentos libres de alérgenos y toxinas.

Un campo de aplicación inmenso: reto y oportunidad en Colombia

Foto: Berend Leupen (Unsplash)

Jair Alzate, que también es químico, destaca justamente que el mayor reto para la biotecnología en Colombia es el vasto campo de aplicación. En su caso específico, solo trabajan con un microorganismo, la levadura. ¿Cuántos más hay en el país? Está todo por hacer, lo cual deja un panorama alentador. Pero para poder explotarlo y convertir al país en una potencia de biotecnología hay que fortalecer la investigación, la cual es costosa.

Los protagonistas de la historia

Los actores destacados en este campo son muchos y son diversos, puesto que la biotecnología abarca investigación (academia y centros de investigación), apuestas de desarrollo (Gobierno) y ciertamente productos (empresas). En el caso colombiano está la ya mencionada Mesa sectorial de biotecnología, que incluye a su vez otras mesas (teniendo en cuenta subdivisiones en temas industriales, ambientales, animales y vegetal-agrícola). Allí, por ejemplo, se destacan universidades como el Rosario, Icesi, Eafit, La Sabana, Javeriana, del Norte (Bucaramanga), Antioquia, del Valle y la Nacional (donde ademas opera el Instituto de Biotecnología), aunque hay más.

Estas mesas (creadas por el Sena) son vitales en el desarrollo del sector, ya que, por un lado, agrupan y asocian a los actores relevantes; y de otro lado, trabajan en definir competencias laborales, certificaciones y convocatorias. Allí se identifican, por ejemplo, qué cargos se están necesitando y si no existe se crean los lineamientos de formación.

De otro lado esta Biointropic, una alianza estratégica de varias entidades (como son Eafit, Universidad Nacional (sede Medellín), Universidad de Medellín, Universidad EIA, Universidad CES, Ecoflora Agro, Ecoflora Cares y Superbac de Brasil) para promover el desarrollo de la biotecología.

Fue creada en 2008 y hoy se constituye como el primer Centro de Negocios Biotecnológicos en Colombia (CDNBio) y el primer Centro de Innovación en el área de la biotecnología (certificado por Colciencias, hoy Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación), que a su vez se encarga de acelerar negocios en este campo. Ya han ejecutado más de 60 proyectos, evaluado más de 200 empresas y sus tecnologías, y acompañado a otras 80. Al nacer en Medellín allí ha comenzado su operación, continuando con Bogotá (en parte por sus alianzas) pero se proyectan para trabajar en todas las regiones del país. La meta es hacer de Colombia un país líder en biotecnología y bioeconomía para 2030. (Consulte aquí algunos de los productos hechos por empresas colombianas).

Claudia Marcela Betancur, directora de Biointropic, explica que si bien la pandemia les dificultó las cosas a muchas industrias, una de las que se podrían considerar como ganadoras es precisamente la de los negocios BIO. “Los crecimientos que tienen estos negocios BIO son muy superiores a sectores tradicionales: mientras que el sector químico crece a una tasa del 6 %, la química verde lo hace al 14 %; mientras el agro crece al 4 %, el agro BIO lo hace al 17 % y la medicina genómica crece a tasas del 22 %”.

De otro lado, la emergencia generada por el COVID 19 abrió oportunidades precisamente debido a las limitaciones de importación, entonces ahora hay empresas supliendo algunos recursos con proveedores BIO nacionales. Betancur enumeró algunas lecciones:

La pandemia trajo precisamente la necesidad de repensar el cómo se hacen las cosas, de repensar los sectores y hacer cambios rápidos, entrar a nuevos mercados y generar valor agregado. Por ejemplo, ¿qué se puede hacer con los residuos que el negocio genera? Aquí hay grandes oportunidades, desde pequeños emprendedores hasta grandes empresas que ya generan su propio gas natural vehicular.

En Colombia hay más de 60.000 especies registradas, 24,8 millones de hectáreas que pueden ser utilizadas en proyectos forestales y hay un gran potencial eólico, solo por destacar algunos de los recursos. Pero no se trata entonces de una apuesta por una economía extractivista sino a una basada en el conocimiento, la investigación y el desarrollo sostenible. “No es ser vendedores de materias primas, se trata de innovación”, aclara la directora de Biointropic.

[su_box title=”Documentos de Interés:” style=”default” box_color=”#3be863″ title_color=”#FFFFFF” radius=”3″]

Conpes 3934 de 2018: Política de crecimiento verde.

Conpes 3866 de 2016: Política nacional de desarrollo productivo (del que nacen las mesas sectoriales).

Acuerdo 0003 de 2018: Por el cual se reglamenta la gestión de las instancias de Concertación: Mesas y Consejos Sectoriales.

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Sandra Defelipe Díaz

Soy periodista, productora, formadora y emprendedora digital, y tengo el orgullo de ser la integrante más antigua de Impacto TIC, lo que ha hecho que este sea mi principal espacio de formación continua. También les tengo historias de capoeira, cultura y de Tenjo, Cundinamarca. Sandra fue periodista de Impacto TIC desde antes de su fundación hasta 2022, y sigue colaborando.

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