La anatomía se aprende con juego de Realidad Virtual en la U. del Rosario

Publicado el 09 Dic 2020

Anatomía
Universidad del Rosario
Publicado originalmente en la cuarta edición de la revista Divulgación Científica, de la Universidad del Rosario. Autora: Marisol Ortega, colaboradora de Jerez & Sandoval. Reproducido en Impacto TIC con autorización de la Universidad.

Imagine que puede reducirse de tamaño y entrar a la arteria principal –la aorta– y, como si fuera en una nave, realizar un completo recorrido por la anatomía, desplazándose por los conductos sanguíneos, descubriendo cada milímetro de esa maravilla que es el cuerpo humano.

Póngale más emoción al reto: ahora debe escoger el camino correcto entre 116 opciones para llegar a la glándula mamaria y ‘atacar’ el cáncer que ha afectado un cuadrante o ‘destruir’ la metástasis que se tomó parte de la axila. Puede ayudarse del láser que destruye las células tumorales que se mueven en forma similar a los marcianitos del famoso videojuego.

Esta experiencia innovadora no es un sueño, es toda una realidad en la Escuela de Medicina y Ciencias de la Salud de la Universidad del Rosario, específicamente en la clase de Anatomía, y hace parte de un proceso de transformación de la enseñanza. En este, tiene un rol importante un videojuego de realidad virtual (RV o VR, por su sigla en inglés) llamado Nanosurgeons Glandula Mamaria, que le permite al estudiante profundizar en el cuerpo humano, obtener un conocimiento valioso e inolvidable y, finalmente, ser evaluado.

Todo comenzó hace 3 años, cuando se detectó un bajo interés por la materia, las clases magistrales los desmotivaban y, por lo tanto, no aprendían. “Comenzamos a hacer una serie de cambios y analizamos si abordar el tema desde una perspectiva más cercana a ellos –como son los videojuegos, la Realidad Virtual y la Realidad Aumentada– sería un buen mecanismo para que se acercaran a la anatomía y fueran más felices estudiándola”, explica el profesor Ricardo Miguel Luque Bernal, médico cirujano, con maestría en genética y experto en Embriología, Bioética y Anatomía, área que enseña desde hace 13 años.

En la búsqueda, el profesor y otros compañeros observaron que había pocas estrategias pedagógicas en anatomía que tuvieran como base la realidad virtual y ahí visualizaron una gran oportunidad. “Propusimos a la Universidad hacer un videojuego, y fue muy receptiva. Nos ayudó en el desarrollo del software, adquirió gafas de realidad virtual y nos facilitó todo”, explica el profesor Luque.

Todo coincidió con una serie de cambios dentro de la forma de enseñar en la institución; uno de los tópicos de innovación fue la hematooncología. Había una clase de ‘anatomía de la glándula mamaria’, de una hora, y la escogieron como un posible núcleo para desarrollar el videojuego.

Lo siguiente fue analizar qué se quería enseñar y cómo aplicar el tema. De nuevo, una luz se encendió. La inspiración fueron películas de los años ochenta, noventa y anteriores, como Viaje Insólito (Innerspace, 1987) y Viaje Fantástico (Fantastic Voyage, 1966), en las que había personajes que se reducían y entraban al cuerpo. Ciencia ficción pura. De ahí surgió la idea de ‘inyectar’ al estudiante al primer ‘mundo’ del videojuego, específicamente a la arteria aorta para que comenzara la misión de llegar al sitio en donde estaba el tumor; tarea que hace referencia a un caso clínico asignado: un tumor en un cuadrante de la glándula mamaria.

El profesor Ricardo Miguel Luque Bernal, de la Escuela de Medicina y Ciencias de la Salud de la Universidad del Rosario, con estudiantes de la facultad. Imagen: Universidad del Rosario / Leonardo Parra.

Alcanzar la meta implica que los alumnos conozcan toda la estructura vascular de la parte superior del cuerpo y dominen el campo de las arterias; de esa manera, al llegar a una intersección, pueden escoger la que consideren correcta, entre otras alternativas.

Un segundo ‘mundo’ se relaciona con la glándula mamaria: los estudiantes deben conocer y atravesar cada una de sus capas para poder cumplir su objetivo.

Tuvimos que diseñar una serie de rutas para los 8 cuadrantes de las glándulas mamarias; logramos 116 caminos posibles, de los cuales solo ocho son válidos, específicamente uno para cada caso clínico que se puede presentar“, explica el especialista.

Otro componente lúdico es la aparición de unos marcianitos que representan las células tumorales, lo que implica que hay que saber enfrentarse a ellos y luego al tumor en sí. Y solo con el conocimiento que los estudiantes tienen, que les permite responder de forma positiva unas preguntas sobre anatomía de la glándula mamaria, van ganando municiones para atacar.

Si superan esta dificultad destruyen el tumor, pero el juego les dice que tienen un tercer ‘mundo’, porque hubo metástasis; entonces tienen que llegar a la axila, ubicar los ganglios axilares donde está y acabar con ella.

La idea es no dejar ningún cabo suelto ni ningún tema al azar; por eso, la evaluación de los estudiantes no se hace la primera vez que entran al videojuego, lo que sería desmotivante si no pasan, sino que se les brinda la posibilidad de practicar las veces que consideren, sin ‘perder vidas’. Cuando ya deben ser evaluados tienen 3 ‘vidas’, como es habitual en algunos videojuegos, y un tiempo limitado de 8 a 10 minutos. Es decir, pueden seleccionar 2 modos del juego: práctica sin límite de vidas ni de tiempo, o evaluación, activando un contador de tiempo y número de ‘balas’, que guarda el resultado.

Para ayudarles en todo el proceso cuentan con una ‘profesora virtual’, que sirve de guía y aparece como un holograma en la nave. Ella es la encargada de asignarles su misión y brindarles otras orientaciones específicas; por ejemplo, cuando se equivoquen, les indicará que algo no está bien o los devolverá al momento de su última decisión correcta.

Listo para implementar

En febrero de este año (2020), los líderes del proyecto (Ricardo Miguel Luque Bernal, médico cirujano; Marcela Bogoya, ingeniera de sistemas, y Angie Villamil, médica, todos de la Universidad del Rosario), hicieron la prueba con los estudiantes de premédico y el balance inicial fue muy positivo. El videojuego no solo llamó la atención de los alumnos, sino que los motivó a aprender sobre anatomía.

También han trabajado en la capacitación de profesores y administradores en la utilización del software y hardware, tanto del juego de VR como de su portal administrativo (en el que se lleva el seguimiento del uso), y en todos los pasos de autenticación de los usuarios, entre otros temas propios de este tipo de iniciativas.

Para una aproximación cuantitativa, la matriz del juego permite saber cuántas veces un alumno registrado se acercó al videojuego y solicitó las gafas para utilizarlo, en qué se equivocó, si está aprendiendo o no, si hay una curva positiva en el proceso de aprendizaje o no, y si se han afianzado sus conocimientos y hay mayor motivación.

Ahora, el propósito es realizar una segunda fase para entrevistar a los estudiantes que deseen participar voluntariamente, mirar cómo es su percepción del videojuego, si les gustó, qué no les gustó, qué le cambiarían y cómo sienten ellos la enseñanza.

Si bien la implementación general estaba prevista para el mes de abril, debido a la pandemia por el covid-19, hubo que aplazar este proceso. Los investigadores han aprovechado este tiempo para analizar cómo diseñar más videojuegos que permitan enseñar otras partes de la anatomía y trabajan en los bosquejos y dibujos de un segundo proyecto. Incluso quieren ir más lejos y lograr que esta propuesta innovadora abarque otras áreas de la Medicina, como la Fisiología, la Patología y la Farmacología, para hacerla más integradora.

El reto de llegar a la glándula mamaria

El videojuego Nanosurgeons Glandula Mamaria busca romper con los esquemas tradicionales de la enseñanza de la Anatomía. Su desarrollo es el siguiente:

Imagen: Universidad del Rosario / Marcela Bogoya y Angy Villamil

Nivel 1. El estudiante se encuentra en el interior de una nave del tamaño de los glóbulos blancos. El exterior de la nave le permite observar cómo se desplaza por los conductos sanguíneos. A medida que la nave avanza, aparecen las ramificaciones del sistema circulatorio y el alumno tiene que tomar las rutas correctas, superando diversos obstáculos.

Imagen: Universidad del Rosario / Marcela Bogoya y Angy Villamil

Nivel 2. El estudiante debe dirigir su nave hasta el tejido adiposo para perforar con su láser cada una de las capas de la glándula mamaria, provistas de unas ‘habitaciones’ o ‘secciones’ a las que debe entrar en busca de las células cancerígenas para destruirlas, enfrentando los inconvenientes del camino. Mientras avanza en las capas, tendrá a su lado un mapa en el que puede ver la profundidad a la que se encuentra en la mama.

Imagen: Universidad del Rosario / Marcela Bogoya y Angy Villamil

Nivel 3. Cuando todo parece haber terminado, el tutor o profesor virtual le avisa que hay un SOS porque el cáncer ha hecho metástasis, por lo que debe iniciar el camino hacia ella, defenderse y atacar cuando se sienta amenazado, hasta encontrarla en la axila, destruirla y finalizar el juego exitosamente. Para llegar a la axila y buscar entre los grupos ganglionares, debe elegir entre varios ‘portales’ que lo llevan a lugares específicos, analizando cada paso que le indica la profesora virtual.


Puede encontrar todos los contenidos de la revista Divulgación Científica de la Universidad del Rosario en este enlace.

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