Despidos e incertidumbre, la situación actual de las empresas tecnológicas

Publicado el 16 Nov 2022

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La tecnología le dio forma a nuestro mundo. La electrónica nos lanzó a una nueva era de almacenamiento, administración y distribución de datos en virtud de sistemas físicos basados en la conducción y el control del flujo de los electrones. La llegada de Internet brindó a la humanidad una fuente inagotable de información, transformó la vida de miles de millones de personas y abrió paso al surgimiento de grandes empresas tecnológicas.

Cada avance transformó la manera en que vivimos y experimentamos nuestra cotidianidad, la forma en que trabajamos, nos comunicamos, nos divertimos e, incluso, la forma en que pensamos.

En el proceso, marcas nacidas en la era digital se convirtieron en nombres mundialmente conocidos, toda vez que juegan papeles clave en esa cotidianidad: empresas como Facebook, Google y Amazon llegaron a ser gigantes tecnológicos de descomunal riqueza.

Pero a diferencia de hace apenas unos años, cuando la pandemia mantuvo a gran parte de la población encerrada en sus casas y las plataformas digitales eran esenciales para mantener andando el aparato educativo, el comercio, los negocios, la banca y hasta el entretenimiento, hoy las cosas no son color de rosa para todos en el paisaje tech.

Despidos de empresas tecnológicas en masa

La noción de una recesión global, la inestabilidad sostenida en las cadenas de suministros, la incertidumbre sobre el curso de la guerra en Ucrania y la perspectiva de una economía de Estados Unidos que parece encaminarse hacia la recesión -algo impensable hace apenas unos años- han creado una tormenta perfecta para las tecnológicas. Es un fenómeno cuyos efectos se sienten, también, en Colombia.

Durante la última semana, las empresas de Silicon Valley han despedido a cerca de 20.000 empleados. Se trata de un agravamiento de la tendencia que expertos detectaron hace algunos meses con la congelación de contrataciones en la industria tecnológica.

Esta semana, Meta, la empresa propietaria de la red social Facebook, el servicio de mensajería WhatsApp y la red de fotografía y video Instagram, despidió a 11.000 empleados, lo que representa más del 13% de su planta global.

Se trata del primer recorte de empleo masivo en los 18 años de existencia de Facebook y obligará a archivar proyectos y líneas de negocio como los dispositivos Portal y los nunca lanzados relojes inteligentes de la firma.

Por su parte, según indicaron medios especializados, Amazon está en el proceso de eliminar alrededor de 10.000 empleos y ya comenzó a despedir empleados en una medida dirigida a reducir costos. Los recortes incluyen áreas como la que opera Alexa, su asistente virtual, y la unidad de juegos en nube Luna.

La plataforma de pago Stripe, la empresa de servicios de software Salesforce, la empresa de transporte privado Lyft y la matriz de la red social Snapchat, Snap, también han comunicado despidos de porcentajes significativos de sus trabajadores.

Incluso firmas que no han despedido empleados en masa, como Google, han puesto en marcha programas de congelamiento o ralentización de las contrataciones.

Pajarito en problemas

Caso aparte es el de Twitter, en donde el nuevo propietario, Elon Musk, ordenó el despido de casi la mitad de la fuerza laboral de la compañía, aunque se reporta que luego contactó a docenas de ellos para pedirles que regresaran. Los despidos se concentraron en áreas como la de moderación de contenido.

Muchos observadores creen que estos movimientos reflejan un ajuste del sector tras el boom de la pandemia. Pero el temor es cómo afectará esta crisis el futuro de la industria. Algunas de estas empresas solo han conocido cielos azules y esta es su primera recesión grave.

Tras una década de dinero fácil, con inversionistas ansiosos por aprovechar mercados al alza, hoy los CEO se ven obligados a ejercer prudencia y contención. Los errores, queda claro, podrían salir muy caros.

Pero no todas las amenazas son externas. Facebook vive, sí, el coletazo de reajuste del mercado tras la pandemia, y es verdad que hoy paga el precio de confiar en que las cifras infladas por la cuarentena se mantendrían después de ella, como lo reconoció el propio Mark Zuckerberg.

Pero Zuckerberg también es responsable de mucha de la incertidumbre financiera de la compañía porque es él el principal impulsor de su apuesta por el Metaverso, una causa a la que la compañía ha dirigido unos 100.000 millones de dólares.

Del mismo modo, Twitter vive el resultado de una adquisición prácticamente forzada por parte del hombre más rico del mundo, que echó por tierra el sistema de verificación y anunció un modelo de pago que a muchos no convence aún.

Incluso sin los excesos que postraron a WeWork o la bancarrota que acabó con FTX, las heridas de muchas firmas son en gran parte autoinfligidas. Como en la escena de la película de terror, la llamada viene de dentro de la casa.

Y, sin embargo, la mayor herida, esa que probablemente deje la cicatriz más grande, es la que la crisis le ha hecho a la percepción de muchas de estas compañías. Las decisiones de Musk sobre Twitter hicieron pensar a muchos en qué alternativas existen y, en el proceso, los llevaron a descubrir a Mastodon o a Tribel. Pero, sobre todo, los hicieron preguntarse qué es lo que realmente brindan empresas como Twitter, o Meta, o Snap y qué valor ponen en nuestras vidas.

Es una pregunta inquietante.

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Wilson Vega
Wilson Vega

Comunicador Social- Periodista de la Tadeo, con maestría en Relaciones Internacionales de la UNAM de México. Toda la vida trabajando en medios como Colprensa, Caracol Radio y Grupo Reforma. Amante del deporte, los viajes y los perros. Hablo en términos sencillos de Tecnología y cultura geek. Colaborador y aliado de Impacto TIC.

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