En la Guajira, la innovación y la tecnología sustentable son las que suministran el agua potable

Publicado el 06 May 2018

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En el desierto de la Guajira, al norte de Colombia, la escasez de agua acompañada de la desnutrición se ha convertido en uno de los principales problemas de la población. En esta árida zona geográfica, la preocupación, no pasa solo por llevar la tecnología más reciente o por tener acceso a agua potable como han escuchado que se acostumbra en muchas ciudades y poblaciones, su preocupación está en generar soluciones realmente sostenibles.

Desde hace 5 años Marcel Reyes trabaja llevando agua a diferentes comunidades de la Guajira por medio de pozos y sistemas de nanofiltración, también usa energía solar, con el cual actualmente se benefician unas 1200 familias.

A diferencia de otros casos, Reyes y su equipo no desaliniza el líquido vital, sino que usa agua escorrentia dulce que se encuentra, entre otros lugares, en los ojos de agua. En diálogo con Impacto TIC explicó la importancia de desarrollar soluciones acordes a las comunidades y a su contexto geográfico y cultural.

“Para desalinizar tienes que poner una planta, yo no tengo que hacer eso. La paso por un filtro y se la paso a la gente. Tienen agua segura, que no tiene cloro. Nosotros estamos acostumbrados al cloro pero ellos no, y eso los puede matar”.

Entender el contexto y trabajar con la comunidad

Para implementar la tecnología en los pozos, con las membranas y demás, Reyes y su equipo realizaron estudios económicos, técnicos y sociales. Se fueron a vivir en la alta Guajira para entender cómo funciona todo allá, “ya que las soluciones se diseñan desde una oficina en Bogotá y no funcionan”.

Foto: Cortesía de Marcel Reyes.

En casos como el de la alta Guajira, donde no hay carreteras, ni transporte público y cuyas comunidades no hablan español prefiriendo el Wayúnaiki, el primer gran inconveniente se presenta cuando se daña alguna parte del sistema, No hay salidas en bus con la que se pueda comprar un repuesto que, probablemente y dada su tecnología, ni siquiera es factible que se encuentre en Riohacha (la capital de la Guajira).

A la hora de prometer desarrollos en la región, deben hacerse entendiendo todo esto. Por esta razón, con una tecnología de poca inversión económica, el equipo de Reyes hace la instalación de la mano con la comunidad, arman el sistema juntos, los capacitan y se aseguran de que en caso de contratiempos, puedan conseguir repuestos en una ferretería local.

“Las soluciones están adaptadas al entorno y requieren pocos elementos técnicos, así que muy fácilmente se puede implantar. Esto es importante en temas humanitarios”. Así como también lo es trabajar de la mano con la comunidad, pues en este caso son ellos los que saben dónde está el agua; además, el conocimiento ancestral también ayuda a la hora de reducir costos en la búsqueda de agua.

“Para solucionar el problema de la Guajira se necesita voluntad, no plata. Técnicas, sostenibles y adaptadas a la comunidad”.

Reyes mencionó que si bien el Gobierno está llevando agua, “la están poniendo con cloro, y allá el cloro no se lo toman ni los chivos, entonces la gente no va a esos lugares”. De igual manera, las implementaciones resultan costosas y en muchos casos son las mismas comunidades Wayúu las que sacan de su bolsillo para poner los pozos con Reyes, porque es más económico y saludable para su gente.

“Nuestros lugares tienen un costo entre 70 y 80 millones de pesos, mientras que los del Gobierno pueden estar por encima de los mil 200 millones”, Reyes agrega que el mantenimiento también es de menor costo. A los pozos con los que trabaja se les debe hacer mantenimiento una vez al año con un costo promedio de $500.0000, mientras que los del Gobierno deben hacerse mensuales y llegan a costar 7 millones.

¿Cómo logran los recursos? Es por medio de donaciones de empresa privada: han logrado inversión de Bancolombia así como de Onda de Mar, una empresa de vestidos de baño. Quienes deseen aportar como empresa o persona natural pueden hacerlo, ya sea para inversión en reparaciones o para montar nuevos pozos.

En 5 años de operaciones, Reyes ha montado soluciones con Naciones Unidas, Oxfam, la Cruz Roja Internacional, el Ministerio de Protección Social y con los mismos Wayúu.

“A los políticos les gustan las soluciones complejas, porque son mas caras, requieren contratos constantes”, y si bien la tecnología puede facilitar procesos y desarrollos, también llega a complicarlos por su complejidad e innovaciones únicas. La idea es generar soluciones que sea sostenibles y a veces lo simple tiene mayor apropiación.

Desarrollos internacionales

Una de las más recientes investigaciones del MIT resultó en un sistema que puede drenar agua del aire del desierto, convirtiéndose en un importante desarrollo que de ser implementado puede salvar millones de vidas ante un escenario mundial donde la escasez del agua es la realidad.

A diferencia de otros desarrollos similares y que dependen considerablemente de la humedad, el invento del MIT, que funciona con energía solar, puede obtener agua del aire con un 10 por ciento de humedad.

De momento cuentan con un prototipo pequeño, pero estiman que uno más grande puede producir más de un cuarto de litro d agua a día por cada kilo de MOF (un sistema de marcos organometálicos, por sus iniciales en inglés), polvos porosos que forman redes.

Dispositivo para obtener agua del aire árido del desierto. Foto: MIT

La innovación es sin duda valiosa, sin embargo tanto esta como otras que ya se han hecho presentan varios problemas a la hora de implementarse, como los costos, aspectos técnicos y la voluntad. Las soluciones deben lograr un balance para que su implementación sea exitosa, sostenible y que el impacto en la sociedad sea positivo.

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Sandra Defelipe Díaz

Soy periodista, productora, formadora y emprendedora digital, y tengo el orgullo de ser la integrante más antigua de Impacto TIC, lo que ha hecho que este sea mi principal espacio de formación continua. También les tengo historias de capoeira, cultura y de Tenjo, Cundinamarca. Sandra fue periodista de Impacto TIC desde antes de su fundación hasta 2022, y sigue colaborando.

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