Cautivos digitales: ¿Quién es el verdadero culpable?

¿Existe una política de respeto por el tiempo personal de los empleados en su compañía? Opinión de Juan Pablo Villegas.

Publicado el 27 Jul 2018

Closeup portrait of surprised young handsome man lying on sofa and using smartphone at night at home
Por Juan Pablo Villegas, gerente general de Citrix Colombia.

De acuerdo con el informe realizado por Timo Boppart, economista del Instituto Internacional de Estudios Económicos de la Universidad de Estocolmo, desde comienzos del siglo XIX las horas de trabajo han disminuido 0,5% cada año, como resultado de los cambios tecnológicos que han potenciado la productividad.

Este informe evidencia lo que hemos venido planteando hace algunos años respecto al impacto directo que las soluciones tecnológicas, especialmente las que habilitan la movilidad empresarial, tienen en el incremento de la productividad de las personas.

Sin embargo, hemos visto cómo crece la preocupación por el aumento de traspaso de datos e información, y cómo también algunos trabajadores tienen la sensación de que las tecnologías han hecho que al estar ‘más disponibles’ para sus jefes o equipos de trabajo, se aumente su carga laboral.

Es clave enfatizar que las soluciones que hacen disponibles los recursos informáticos 7/24 no son la causa de los fenómenos de infoxicación o hiperconectividad. Es el uso que las personas dan a las soluciones lo que se manifiesta en estos fenómenos. Y aquí está la clave del asunto.

Al tener disponible la información de manera permanente, puede que la hiperconectividad nos abrume, pero cabe traer a colación el dicho popular que reza todo en exceso es perjudicial. Esta es, sin embargo, una decisión de la persona y no un efecto de la tecnología, puesto que es una decisión del trabajador apalancarse en la tecnología para lograr un mejor balance entre su vida laboral y personal, o, rendirse ante ella y convertirse en un cautivo digital.

Pongamos, por ejemplo, el caso de un miembro del equipo que se siente inspirado un día festivo, accede a sus recursos corporativos y desarrolla una idea innovadora para el negocio. Enseguida envía un correo fuera del horario convencional; esto no quiere decir que esté esperando una repuesta inmediata, pues la persona que debe responder lo hará cuando sea oportuno para ella. En efecto, la verdadera importancia del uso de la tecnología radica en que es un instrumento para lograr los objetivos propuestos, y esta oportunidad de ser productivo no tiene que ver con horarios.

Ahora, pensemos en la persona que recibe el mensaje; digamos que se encuentra en una reunión familiar. Si esta persona decide pararse de la mesa, apartarse de su compromiso para leer y responder ese correo, es una persona cuyo entorno de cultura corporativa no lo ha formado para respetar los tiempos personales. Si esta persona, por el contrario, lee y responde ese correo en el horario que le corresponde, o como le sucedió al primer colaborador, en un momento de inspiración que no entra en conflicto con su vida personal, estará haciendo un uso efectivo de la tecnología.

La clave es entender que la forma en que trabajamos se ha modificado significativamente, los paradigmas que asocian la eficiencia y la creatividad de una persona al cumplimiento de un horario en un espacio físico se están rompiendo.

Sabemos con certeza que los empleados valoran las posiciones laborales donde la evaluación de su desempeño esté dada por el cumplimiento de objetivos y no por el hecho de asistir presencialmente a una oficina en un horario establecido. Al darle la oportunidad a los empleados de trabajar de forma remota y en el momento en que se sientan más inspirados, hemos comprobado que aumenta la productividad.

Pero ello no significa que las compañías no deban establecer políticas laborales que velen por el derecho a la desconexión (recientemente así lo ha llamado el gobierno francés), a través de normativas claras respecto a la disponibilidad laboral que deben tener los colaboradores que funcionan bajo esquemas de trabajo flexible, o de hecho bajo cualquier esquema.

Adoptar dentro de la cultura corporativa las nuevas formas de trabajo que impulsan las generaciones más jóvenes y que facilitan las tecnologías requiere procesos de cambio, capacitaciones y políticas claras que les permitan a los colaboradores adaptarse a las nuevas condiciones laborales que les brinda el entorno digital en que hoy operamos. Una cultura corporativa sana prevé una sana interacción entre la vida laboral y personal.

Las opiniones de la sociedad sobre la satisfacción laboral y la mejor manera de incrementar la productividad están cambiando, y con la velocidad de la obsolescencia de los conocimientos, la reinvención se está convirtiendo en una habilidad fundamental para el trabajo. Lograr desligar el trabajo del espacio físico y del tiempo, entendido como el número de horas que un empleado permanece en un puesto de trabajo, ha abierto infinitas puertas en términos de innovación para las compañías, y en la retención de aquellos talentos que aprecian un acuerdo de trabajo flexible gracias a las posibilidades que les brinda la tecnología.

¿Existe una política de respeto por el tiempo personal de los empleados en su compañía?, ¿cómo maneja las interacciones digitales con su equipo de trabajo?, ¿las soluciones tecnológicas de su organización sirven a la creatividad y la innovación de sus colaboradores o están creando un ambiente de presión innecesario? Si usted se siente como un cautivo digital, ¿es culpa de la tecnología o del uso que le está dando?

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